miércoles, 25 de julio de 2007

Hay momentos en los que el viento, exhausto y con transparentes lágrimas, se cansa de ser viento.

Se niega a seguir acariciando heridas sangrando a borbotones y cuerpos tendidos en campos de batalla de donde su alma ya no saldrá. Allí, atrapada, envuelta en miles de gritos igual que el que pereció en su garganta antes de echar a volar. Allí, con el viento.

Intenta detener la caída de esa persona que ha perdido todo en un torbellino de tristeza y desolación. Esa persona que carece de manos de dedos largos y alargados hacia su rostro, sonrisas que le susurren sin temor 'Estoy contigo. Yo estoy contigo' Y que se lanza al abismo con ojos cerrados y labios curvados amargamanete, totalmente segura de que allí, vaya donde vaya, todo va a ser mejor que lo que carga a las espaldas y la aplasta con desquiciante lentitud. Allí, con el viento.

Se opone al hecho de recorrer crispado calles sin fin repletas de basura. Basura en todos los sentidos. En el sentido que te atañe a ti, y en el que no. El viento lo sufre. Sufre. Y está condenado a ser esclavo de nubes de ignorancia y soberbia. De convivir con la basura que inunda nuestras calles, nuestros ojos, nuestros corazones. Basura que se queda allí, con el viento.

No quiere colarse entre las ropas de aquellos que en tiempos fueron amantes y hoy se aman de una forma más dolorosa que los cubre de heridas y de recuerdos amargos que les devuelven a una realidad que les quema. Y mezclarse con esos gritos que en un tiempo no demasiado lejano fueron jadeos, sonrisas, palabras que conducían al éxtasis de la felicidad; esos golpes que antaño fueron besos, caricias. Y lágrimas que son llevadas por el viento, intentando éste que se pierdan para siempre y no se reúnan con más hermanas. Se quedarán allí, con el viento.


El viento se niega.
Nos niega.

Quiere disfrutar de pieles, de sexos, de ideas, de libertad.
Y lo tenemos aprisionado en la peor cárcel.
Él es libre, sí. Pero no de la forma que le gustaría.

Y llora. Y llueve. Y miramos ajenos a su dolor en cualquier dirección que él ocupe, quejándonos, llamándolo.
Y el viento se cansa de ser viento.
No lo sabemos, pero él también es capaz de quejarse envuelto en dolorosos silencios cargados de impotencia.


Y llueve...

1 comentario:

Anónimo dijo...

tambien se a cansado de acariciar la cara de personas besandose?
y de la sonrisa de un niño, o de dos perros juegando con una pelota?
se a cansado de eso tambien?

el viento es como las personas.... a veces se cansa pero hay ke seguir, hay ke luchar por esos besos, sonrisas o esos perros....

por esas cosas y no por los campos de batalla... muertos y sangre...

no creeis?

pos sios digo la verda, cuando me siento como una mierda, yo tambien me canso... esta entrada me ha salido de dentro, pero cuando yo me siento como el viento, no pienso en las cosas bonitas... pienso en lo malo, soy un pesimista... asi ke esta entrada es solo simbolica en realidad

xD

weno un saludou pipi

Xy~~