sábado, 17 de enero de 2009

¿Cómo se cuenta? Esa canción sin letra que me estremece y me inocula una energía desbordante. Ha vuelto a ocurrir. Ha venido a mí de casualidad y me ha hecho ver la fuerza de cada paso, el bramido incansable del alma. No es la primera vez y ahora me pregunto por qué no acudo a ella más a menudo. Y me dejo llevar por esta paz alarmante, estas ganas de gritar que sigo aquí al escucharla.

Es absolutamente imposible explicarlo. Qué me produce, qué me da, qué me ofrece. Así como explicar cómo la amo, o cómo mueve los hilos de mis adentros.

Es como la sensación de tener los dedos volando y creando, que no sé explicarla, pero me llena por dentro. Sonreír espontáneamente al ver a un niño aprendiendo a andar, su padre detrás, los ojos llenos de ilusión. Zambullirme en esas líneas, ser otros, salir de aquí gratuitamente. Sus manos abrazándome, abrazarlo a él, porque sí, y que me pregunte que a qué viene eso. ¿A qué viene eso?

Que no se puede explicar, pero está ahí, haciéndome vibrar los sentidos a través de pequeñas descargas eléctricas. Bombeando sangre, sabiendo que soy capaz de amar, aunque sea un instante, un sueño, un alivio, una vida.


5 comentarios:

Empty Zone dijo...

Tanta importancia, y yo que me preguntaba si eras tú tocando la flauta el himno de París (...pégame, por favor)



Por msn aparezco nada, por blog, a diario ;)

Mrs. Cold dijo...

Sé lo que es sentirse así con una canción. Pero yo me siento así con toda la múscia, aunque con ciertas canciones es inexplicable lo que se siente.
unbeso:)

R dijo...

La música puede ser un gran elemento humanizador y creadora de sueños.
=)

Anónimo dijo...

La verdad es que hace estremecer.

Te atrae como una llamada de reunión, de vuelta a casa.


Mil saludos barceloneses ;p

Un fuerte abrazo, Soñadora.

Punto y aparte dijo...

Me encanta esta cancion
gracias por compartirla ^^
besicos