miércoles, 24 de noviembre de 2010

Me mira a los ojos y no sé qué decirle. Me gustaría mentirle pero sé que eso no estaría bien. Siento que ya no confía en mí como antes y puedo notar ese miedo del que todas hablan... Se me está yendo. Se está marchando sin que yo pueda hacer nada porque, en teoría, es lo que corresponde. A ella y a mí, a todas nosotras.

Sigue en silencio porque espera una respuesta. Pero no va a llegarle. ¿Por qué ya no puedo hablarle como antes y ver cómo bebe de mí, cómo encuentra en mi figura alguien a quien seguir y a quien acudir cuando se está perdido? El tiempo no cura nada, sólo abre heridas y las deja marchitarse, para que un movimiento brusco las haga doler todavía más. ¿Cuántos segundos han pasado ya?

Parece que la veo pegada a mis rodillas, otra vez. Esperando a que la coja de la mano y la lleve a un sitio que, aunque sea mentira, no haya visto nunca. Ya no puedo darle nada. Nada nuevo, nada que la motive y la invite a sonreír. Me he quedado vacía porque le he dado todo lo que tenía demasiado rápido. A mí crecer no me dolió tanto.

¿Por qué con ella... sí?

2 comentarios:

Yonseca dijo...

Acabé en Ingeniería Eléctrica, con la esperanza de poder aprobar todas las que pueda y así pasarme a Ingeniería Informática.

Sé que no será fácil, pero en fin, todo estudiante tiene su punto masoca...

Te sigo leyendo, Soñadora :)

Nada más importa dijo...

No te imaginas como entiendo lo que deís.
Solo que a mi si, me dolio crcer...me dolió demasiado, y ahora, cuando ella necesita algo de mí, aunque casi nunca me lo pida, (porque no le sale, teme, o siente verguenza de hacerlo), yo trato de estar siempre, (de hecho lo estoy).

Y no creo que estes vacía, ya que a ellos, siempre tenemos algo más que darles.

Y, lamentablemente, no todos crecemos de la misma manera, ni con las mismas experiencias, ni en momentos iguales.
Asi que no te sientas culpable por eso, ya que, decididamente creo, que eso, no esculpa nuestra.

Besos!