viernes, 6 de mayo de 2011

No se tiñe el pelo para huir de los demás, sino para huir de sí misma. Pretende así ignorar que todavía no está segura de quién es exactamente. También le gustan los halagos que despiertan sus cambios de look, pero eso no quita que por dentro, muy dentro, se siga sintiendo repugnantemente fea. Sin embargo, no es fea. En toda persona hay cierta belleza, y ella no es una excepción. El problema es que no posee a la persona que le haga creer de verdad que no es fea. Que la quiera, que la corresponda enteramente, la haga palpitar, tenga ojos sólo para los cambios en el color de su pelo.

Camina y disfraza sus ojos, sus mejillas, su cuerpo. El maquillaje es un aliado que no hace más que recordarle que usarlo la hace sentirse todavía peor. ¿Por qué tan perdida? ¿Por qué se esconde tras sentimientos falsos que la convierten en alguien que no es? Los papeles bien construidos son una joya, pero únicamente encima de un escenario. El suyo es admirable, maduro, ecuánime. Pero no es ella. Sus adentros la convierten en un remolino de pura contradicción. Contradicción absurda y dolorosa, no contradicción misteriosa e interesante.

De todas formas, si enseña sus ojos, los verdaderos, y se clavan en ti más de un segundo, sin intentar mostrar ningún descaro, desnudos por un breve segundo de descuido, alejados del papel que sigue día a día y que la está agotando desde los huesos, desesperada, sabedora de su culpabilidad, de sus malos actos y de la satisfacción que en su piel despertó el sufrimiento ajeno... Si miras esos ojos. Un segundo. Lo que se deje mirarla de verdad. Un breve instante.

Verás que son dos pozos de auténtica tristeza. Que está asustada, más perdida todavía, y que sabe, a su pesar, que si sigue así... nunca va a conseguir lo que anhela. Lo que de verdad desea. Sin aprender jamás a amar a nadie.

1 comentario:

Trid dijo...

A veces, cuando una se maquilla hace que uno se siente más bella y así poder sentirse un poco más a gusto, aunque solo sea una fachada

Así es como mas me gusta: ver su tristeza, para así poderle abrazar y dejar que el silencio incómodo se llene nuestros corazones porque no hay otra manera de hacer que sepa que hay otra persona/personas que estan ahí para alegrar un poco su corazón.