tag:blogger.com,1999:blog-45300083215519895252024-03-13T13:39:25.944+01:00Disaster RoomSoñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.comBlogger916125tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-25233448107313315742024-01-15T21:00:00.001+01:002024-01-15T21:01:31.498+01:00We The North.<p style="text-align: justify;">Yo no necesitaba ninguna sudadera, pero J. me la dio. Creo que la tenía medio preparada; era la sudadera que me había dejado ya alguna vez porque aunque nunca lo admita creo que le encanta que C. y yo nos pongamos su ropa. Que así siente que nos protege, que está de alguna manera presente. Esa noche me tomé ese gesto como una brazada para sacarme a la superficie. Después de un viaje en taxi en el que apenas podía estar sentada del dolor con él mirándome con delicadeza de reojo, y de que le diera la risa floja hablando a las afueras de Atocha porque sé que estaba verdaderamente preocupado ante mis ojos hinchados, creo que darme esa prenda de ropa fue un gesto para cuidarme, para mimarme, para que me dejara cuidar como en ese momento mi espíritu y mi cuerpo totalmente derrotados necesitaban a toda costa.</p><p style="text-align: justify;">Cuando Y. me dijo que iba al baño y lo vi desaparecer en la grada, al segundo supe que iba a volver con un litro (un mini, que dicen por allí) de cerveza. Yo había comentado que había mucha fila para pedir y que no quería perderme ninguna canción más del concierto; él simplemente guardó esa información hasta unos minutos después, cuando desapareció. Volvió con la cerveza en la mano, y cuando le eché la bronca me pasó una mano por los hombros y no hizo caso a mi ceño fruncido con dramatismo. No sé cómo es capaz de atesorar tantos detalles y darles forma aunque hayan pasado años, no cabe en mi capacidad de percepción que sea una persona tan observadora y preocupada por las demás, que lo haga todo tan bonito incluso cuando él mismo no se da cuenta de que nos está salvando.</p><p style="text-align: justify;">Cenando tequeños ante un resumen del Brooklyn Nets contra los Cleveland Cavaliers (jugado en París, además), o desayunando en ese lugar que a las tres nos hace felices, los observo en silencio y pienso en todos esos dolores, en todas esas aristas que me cubren el pecho y que queman si las rozo. Pienso en lo caprichosa que es la vida, en cómo los vínculos surgen de un mero tuit o un comentario en una web. Pienso en que ningún dolor ocupa tanto espacio como la suerte de saberme parte de ellos y la certeza de que dejaría que me vieran en cualquier estado posible porque en cualquier estado posible necesitaría bajar las barreras y que me cuidaran. Con una sudadera de los Toronto Raptors o con un mini de cerveza en mitad de un concierto de Recycled J. Con una mirada respetuosa pero vigilante o un beso en el pelo en mitad de la euforia de escuchar una canción concreta.</p><p style="text-align: justify;">Días después en mis oídos suena Cala Vento y decido sentarme a escribir porque las cosas buenas también merecen que les saquemos brillo y no podría estar más de acuerdo con ellos cuando dicen: <i>Estoy encantado de verte aquí conmigo / porque con la que está cayendo tú me das el equilibrio.</i></p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-23509383400180703482023-12-24T18:58:00.006+01:002023-12-24T19:00:55.846+01:00El encuentro.<p style="text-align: justify;">Hace ya tiempo escribí un relato para terminar el año en el que me sentaba en una cafetería con un gran ventanal que daba a una playa del norte para tomar un café y charlar brevemente con Mónica, la protagonista de <i>Puente</i>. Me dio algo de calor elevar y traducir en palabras esa fantasía, e imaginarnos a las dos como iguales, conversando con algo de timidez pero con la complicidad absoluta de quienes saben que forman parte la una de la otra de manera irremediable.</p><p style="text-align: justify;">Hoy en mi cabeza se dibuja una estampa de calles empedradas y lamidas por una lluvia fina, con las luces decorativas acordes a estos tiempos parpadeando en las esquinas y la noche temprana del invierno abrazando los pasos apresurados de tantas personas que caminan pensándose ya protegidas del frío. Allí nos he visto a los dos, dedicándonos tiempo durante un momento antes de marchar a nuestras respectivas responsabilidades familiares y festivas. Sin impaciencia y con la comodidad de quien puede verse casi cada día, sin la obligación de cuadrar horarios y contar cada moneda y depender de las ventanas que abra la planificación de esa aerolínea de bajo coste que ya casi todas conocemos de sobra. Ha sido bonito pensar que en un mundo paralelo quizás era posible escaparnos diez minutos; lo justo para darnos un abrazo, chocar nuestras narices heladas y besarnos unas cuantas veces con dulzura y calma, como si nuestros labios no llevaran meses sin conocerse y tuvieran complicado conseguir el privilegio de coincidir de manera corriente en tiempo y espacio.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-85948406143760817532023-12-05T15:12:00.003+01:002023-12-05T15:13:14.239+01:00Quiero que las cosas salgan bien.<p style="text-align: justify;">Ya no soy capaz de escribir como antes. Ahora ya no vuelco toda la rabia y todo el dolor en este cubículo en un desahogo sin mesuras porque en ese proceso comienzo a sentirme culpable por exteriorizar cómo me siento de esta manera, pienso que no estoy siendo justa con todas las cosas buenas que tengo. Pero siento tanto dolor, tanto agotamiento acumulado. En teoría, no podemos controlar todos los elementos externos que nos determinan, no al menos completamente, y por eso tenemos que centrarnos en nosotras mismas, en limar y trabajar lo que sí está en nuestra mano. Pero estoy tan cansada.</p><p style="text-align: justify;">Es curioso que justo hoy, después de acostarme ayer confiando en que al despertarme mi estado habría cambiado un ápice, haya sobrevenido la enfermedad. Otra enfermedad, al menos. Siento que cuando poso mi mano en la frente para comprobar la fiebre solo hay una cosa que anida en este saco de vísceras, dolor y huesos que creo que soy hoy: quiero que las cosas salgan bien.</p><p style="text-align: justify;">No alcanzo a comprender del todo por qué me está resultando tan desgarrador esta vez. Hay una parte que sí logro desentrañar, porque es una vieja conocida y no es la primera vez que me enfrento a esto. A sentirme derrotada ante la idea de que quizás ser adulta consiste en conformarme con lo que puedo y no con lo que quiero. Sin embargo siento un rechazo total a volver a extender las cartas que creo que me puedo permitir sobre el suelo y escoger la que piense que me va a dar más seguridad. Que me va a hacer sufrir menos. Aunque haya sufrimiento de todas formas.</p><p style="text-align: justify;">He pensado tantas otras veces, en otros contextos, que querer no es suficiente, que el amor no siempre es suficiente, que debería ser sencillo darle otro significado al verbo y asumir que querer se fue, que querer ya no está, que a veces es posible que sea uno de esos naipes pero que debo aceptar que la única salida plausible ahora es poder. Ser capaz. Otra vez. Sé que lo soy, pero estoy tan exhausta de ser capaz.</p><p style="text-align: justify;">El otro día le decía a una amiga que en ocasiones hay cosas que nos desestabilizan porque no estamos atravesando un buen momento. Es como darse un golpe con la esquina de una mesa y romper a llorar, aunque otro día ni siquiera lo notaras. Que es normal, que a veces pasa. Pero siento que ya cada golpe me lastima, al menos en el momento en el que se produce. Aunque luego sea capaz de ignorar los moratones, porque siempre he convivido con ellos.</p><p style="text-align: justify;">Quiero que las cosas salgan bien. Quiero sentir que las cosas salen bien. Necesito que las cosas puedan salir bien. Y sé que pueden; es un resorte que salta continuamente: el mismo que me impide escribir como solía hacerlo, supongo. El mismo que, irónicamente, me tiene atrapada. Como si no <i>pudiera </i>salir de aquí.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-5242930590902989722023-11-27T18:04:00.000+01:002023-11-27T18:04:08.068+01:00<p style="text-align: justify;">Cada vez que ocurre algo que escapa a mi control y me desestabiliza me acuerdo todavía más de ti. Y en ese proceso me pregunto si estoy instrumentalizando tu recuerdo, aunque sé que no, y esa perspectiva me aterra porque no quiero que seas el ancla que me sujete al noble y desgraciado arte de la relativización. Es como si al encontrarme de nuevo contigo lo doloroso me resbalara en cierta medida, porque me doy cuenta de nuevo que desde que no estás mis pies se sujetan a la tierra de una manera diferente.</p><p style="text-align: justify;">No quiero que seas el elemento que me lleve a invocar que no hay dolor que supere el de no poder volver a verte jamás. No quiero ser injusta conmigo: sé que no eres eso. Pero en días así, en los que estás tan presente y me cuesta tanto que mi pecho se mantenga en su sitio, me enredo en pensar en todo lo que no quiero que seas porque en realidad lo único que me sale querer es que sea una tarde ya oscura de otoño y, estando las cinco hasta el coño de la vida, nos juntemos para pedirnos una cerveza -la tuya con limón- y escucharte hablar de que han vuelto a confundirte con una alumna mientras te lías un cigarro y pensamos que esos momentos no van a parar de llegar nunca.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-23073340601423319392023-05-31T21:43:00.006+02:002023-05-31T21:47:00.689+02:00P.<p style="text-align: justify;">Hay imágenes que nunca deberían cincelarse en nuestra memoria. Sin embargo suelen ser precisamente esas, las más brutales e imposibles de dibujar con antelación, las que nos abren una brecha justo en mitad de la frente.</p><p style="text-align: justify;">La imagen de la foto enmarcada de tu amiga encima de un féretro debería ser siempre una de esas imágenes.</p><p style="text-align: justify;">He hecho lo más absurdo del mundo (mentira, porque absurdo no es, aunque parezca que en el ritmo que llevamos no tiene ningún sentido productivo) y he reescuchado el último audio que me enviaste. Le he dado al botón de descargar pensando que, entre cambios de móviles y meses entre medias, no iba a reproducirse. Pero estaba equivocada. El sonido de tu voz me ha recorrido como un calambre desde la nuca hasta los pies, y en medio segundo me ha invadido el frío.</p><p style="text-align: justify;">No puedo creer la cantidad de datos que dejamos suspendidos en el tiempo. No me cabe en la cabeza y nunca somos conscientes de ello. Es normal. Son los mismos datos que ahora me niego a borrar.</p><p style="text-align: justify;">Tengo tus rosas secas en el salón. Mis recuerdos de Nueva York no existen sin ti pegada a mi espalda. Hay sitios, espacios físicos que recorro a menudo, en los que las baldosas han cambiado para siempre. Sigo luchando contra la incredulidad cada vez que te pienso, a pesar del agotamiento que supone recordarme a mí misma constantemente que ya no estás y que por eso ahora el mundo siempre es un lugar un poco más triste.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-55811083616156603052023-05-08T14:10:00.001+02:002023-05-08T14:12:11.234+02:00Atocha temprano.<p style="text-align: justify;">Me he despertado atrapada en esa pared de los exteriores de Atocha; en el cuerpo apenas cuatro horas de sueño y en la mano un café que ir bebiendo a tragos largos antes de que nuestros trenes salieran. De una manera natural, la conversación que acortó nuestro tiempo de descanso la noche anterior vuelve a retomarse cambiando los sujetos pero con las mismas emociones sobre la mesa, las mismas preguntas, las mismas ganas de acurrucarnos en un rincón en el que nadie pueda herirnos nunca más. Somos dos mujeres con cara de sueño que han salido a saludar brevemente el trajín de la capital antes de que sus trenes salgan. Sin siquiera pretenderlo dejamos en ese casi soportal una muesca de alivio al escucharnos y ser conscientes de que, a pesar de todo y de que seguimos peleando por personas que posiblemente no lo merezcan, entendemos que a nosotras <i>no nos falta nada</i>, por contradecir la canción de Menta que ella me pasa poco después, que lo que escapa a nuestro dominio es algo que no podemos controlar, y que bastante pecho estamos poniendo en intentar conservar ciertos nombres en nuestras frases aunque no terminen de encajar en nuestra manera de ver el mundo.</p><p style="text-align: justify;">Me despierto con mi amiga en la cabeza, con la resaca de todo el trajín de este último mes pero con espacio en mis adentros para el agradecimiento por poder atesorar estos momentos que serían más cotidianos y probablemente menos importantes si no viviéramos a más de 400 kilómetros. Se podría tachar quizás de absurdo que en mi mente vibren esos minutos pero sé muy bien son los instantes que se graban así los que suelen tener mucha más importancia de la que creemos pensar. En un mundo infestado de personas, encontrar unos ojos que te escuchan y responden desnudando también todas sus inseguridades me parece uno de esos gestos que hacen que todas las circunstancias que agrietan la piel merezcan al final la pena.</p><p style="text-align: justify;">Algo tiene Atocha para que me retuerza así el estómago, siempre en el buen sentido, y ahora me va a gustar recordarla así, con Clara y conmigo apoyadas en una pared, con todo nuestro destrozo físico y con la intensidad de todo lo puesto en juego subiendo conforme la cafeína iba haciendo efecto en nuestra sangre.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-55598091920727147842023-05-03T23:30:00.001+02:002023-05-03T23:30:26.171+02:00Nunca.<p style="text-align: justify;">Caminar de noche con dos rosas secas en la mano es algo a lo que se le podría poner un montón de apellidos. Yo misma desplegaría todas mis teorías si me cruzara a esa persona que lleva las flores boca abajo pero sujetándolas con fuerza contra el viento, con rostro de andar algo confusa, intentando buscar sin mucho éxito un número en su teléfono con la mano que le queda libre.</p><p style="text-align: justify;">Soy consciente de que todavía tiene que llegar el momento en el que sea capaz de reencontrarme contigo. Y, aunque esa certeza anida en mí con firmeza, una parte de mis adentros, minúscula pero presente, se pregunta qué ocurrirá si eso no acontece nunca, si nunca encuentro el momento para seguir llorándote, si jamás soy capaz de aceptar que ya no estás.</p><p style="text-align: justify;">También sé que no podemos elegir nuestros momentos. Si tuviéramos esa capacidad yo no elegiría nunca despedirme por última vez de ti mientras te alejas con ese andar resuelto y tu pelo plateado, apurando el cigarro que te acabas de liar; ni no volver contigo a la orilla del Ebro con una empanada y unas cuantas cervezas a encontrarnos a mitad de camino en una ciudad pandémica donde los planes nocturnos no abundan; tampoco elegiría que tu voz se extinguiera, que los audios larguísimos dejaran de llegar y que la breve oscuridad en tu mirada cuando sabías que teníamos razón preocupándonos por ti dejara de titilar y no pudiéramos volver a verla.</p><p style="text-align: justify;">Me siento como una niña que se ha perdido, que no encuentra el camino de vuelta a su casa y que en ese instante piensa que no volverá a encontrarlo nunca. Es difícil pensar en ti constantemente y tener que obligarme a recordar que ya no estás de la misma manera, que el concepto de verte, de hablar contigo, ha dejado de estar disponible en el giro más injusto y brutal con el que la vida puede golpearnos.</p><p style="text-align: justify;">No dejo de pensar: nunca, nunca, nunca. Y no sé para qué. No sé por qué. Nunca de qué.</p><p style="text-align: justify;">Si me concentro en la picardía de tus ojos, en tu generosidad sin fin, en tu risa descontrolada... es que todo parece tan absurdo. Como caminar de noche por la calle con dos rosas secas en la mano, protegiéndolas como si fueron lo más valioso que tengo, porque hubo un día en el que nos obligaron a despedirnos de ti y yo estaba cruzando el Atlántico en la dirección contraria. Miro las rosas y pienso en qué me podrías haber dicho si me encuentras así, caminando sola, tan perdida, tan obligada a seguir adelante en todos los sentidos a pesar de la sinrazón absoluta y tan dolorosa que reside en que el mundo siga girando sin ti.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-59692392187556243232023-04-01T13:38:00.002+02:002023-04-01T13:38:55.173+02:00Mis amigas me enseñan a abrazar.<p style="text-align: justify;">Mis amigas me enseñan a abrazar, pero a abrazar de una manera diferente, a abrazar de una forma en la que parece que el tiempo se detiene. A juntar los cuerpos sin ninguna prisa en separarlos, y rodearnos con los brazos haciendo notar en nuestro tacto que estamos aquí y que no nos vamos a ir a ningún sitio. Da igual que estemos en medio de un bar, en un parque con los rayos de sol calentándonos las espaldas o en mitad de una calle concurrida; mis amigas me han enseñado a abrazar con calma, con la tranquilidad que todas nosotras merecemos para nuestras vidas, y a esperar a que todo lo que sucede a nuestro alrededor se adapte a esos instantes en los que nos abrazamos con fuerza y se nos olvida que el día sigue zumbando en nuestros oídos.</p><p style="text-align: justify;">Por eso, ahora se me hace difícil tratar de comprender los abrazos con prisa, esos que parece que una da casi por compromiso. Después de acaparar miradas porque estábamos en una terraza y de repente nos hemos puesto de pie para abrazarnos y descansar la una en la otra el tiempo que nos haga falta, esos gestos que se hacen con rapidez, algunas veces acompañados de palmadas extrañas en los hombros, es como si supieran a poco. Como si dejáramos a medio curar una herida.</p><p style="text-align: justify;">Anoche le dije a una de ellas: <i>He aprendido tanto de vosotras</i>. Y es complicado describir todas las implicaciones de esa frase, porque anidan muy en el centro, muy en el núcleo, pero sí puedo traducir en palabras que desde que mis amigas me enseñaron a abrazar así soy capaz de caminar con mayor firmeza y de ignorar algunos embates de la vida que en ocasiones vienen a arrugarnos el alma, a obligarnos a tragar con la falsa creencia de que tenemos prohibido habitar y abrazar y compartir la vida de la manera que nosotras necesitemos.</p><p style="text-align: justify;">Pienso sobre el valor que le damos al tiempo, a veces incontrolable y desmesurado porque no nos queda otra, y me invade la sensación de que invertir tantos segundos en un abrazo puede ser revolucionario. Porque es posible que con este trajín que puede engullirnos de vez en cuando se nos olvide que estamos aquí para cuidarnos, para apoyarnos en los hombros de las otras cuando así lo sentimos y ofrecer nuestras manos siempre dispuestas a calentarnos las mejillas y el centro del pecho, justo alrededor del esternón.</p><p style="text-align: justify;">Abrazar y dejarse abrazar -al final es algo bidireccional, no lo olvidemos- es una revuelta ante lo establecido, una rebeldía ante todo lo plomizo que quiere atenazarnos.</p><p style="text-align: justify;">Mis amigas me han enseñado y me seguirán enseñando a abrazar, formando entre todos nuestros pedacitos un mosaico de luz atravesado por miles de conexiones que nos recuerda que nuestros pies están en la tierra y nuestras manos nunca solas. Así que sí, seguiré celebrando aquellos momentos en los que el reloj se detiene y no hay nada más que nosotras hablándonos y escuchándonos en silencio, vinculadas por medio de nuestros cuerpos y nuestras respiraciones acompasadas, y sintiendo que no hay absolutamente ninguna prisa en que ese instante fugaz y sanador finalice (así que perdónanos, persona aleatoria que pasaba por allí y a la que le cerrábamos el paso, pero es que nos estábamos <i>abrazando</i>).</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-83047447668218963082023-02-16T11:49:00.000+01:002023-02-16T11:49:11.122+01:00Overwhelmed.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Si pienso en todos los pasos que me han traído aquí soy incapaz de arrepentirme de ninguno de ellos. Pero aun así pienso. <i>Having too much, having too much</i>. No es la primera vez que me veo obligada a transitar estos senderos, y por eso el ejercicio de recuperar lo que hace un tiempo quise expresar para sentirme tranquila. Es extraño, y a la vez algo reconfortante, volver a este teclado de letras sueltas y envejecidas, afianzadas con celo, del que en otros tiempos salieron los retazos, sin duda, más importantes de mi vida.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Porque en parte estoy repitiendo los pasos que ya di y los giros que ya estudié, y se me hacen familiares todas las señales que aparecen en mi vista algo abatida, hoy he vuelto a cuando me planteé qué ocurría cuando una aceptaba que hay ocasiones en las que es necesario aceptar la distancia de los puntos y aparte.</span></p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><i>(...) Pero no hay otra salida: cuando algo duro sobreviene, hay ciertos días clave que tienen que pasar armándome de paciencia hasta llegar al punto de poder valorarlo enteramente, con todas sus aristas. Distanciándome de ello todo lo posible, he aprendido a valorar todo lo bueno de los malos baches y a discernir entre tanta niebla cuál es de verdad mi sitio. Por eso creo que la distancia es necesaria. A pesar de todas las dificultades que entraña en un doble sentido: es complicado dejarla entrar, y también lo es abandonarla cuando el proceso se ha completado. Siempre ha sido fácil, en esta línea, no querer despegarse de ese alejamiento que adormece, que mitiga la aflicción porque me empeño en negarlo todo.</i></blockquote><p></p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><i>Al final, como suele suceder, todo es aprendizaje, o al menos debe serlo. Sólo así encuentro la calma pertinente para poner el punto en un párrafo y prepararme para lo que tenga que aportar el siguiente.</i></blockquote><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Me sigue azotando esa consciencia, la del<i> having too much, having too much, having too much</i>. Sin embargo al mismo tiempo me pregunto si todas esas cosas que siento encima y que me acompañan ocupando gran parte del espacio son negativas; pero es una pregunta trampa, porque me aventuro en la respuesta mucho antes de plantearla. No lo son. Y en esa firmeza en la que vivo asentada me cuestiono en quién me he convertido, si siempre va a ser positivo que no quiera arrojar ningún detalle de lo vivido por la ventanilla yendo a toda velocidad, porque la persona que fui hace mucho habría elegido hacerlo sin dudarlo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Ayer le dije a F. que si escribiera una novela de mi día el título sería sin duda <i>Overwhelmed</i>. Por algún tipo de energía que escapa a mi entendimiento, la mañana comenzó con esa palabra entre mis cejas y cuando las luces se apagaron poco a poco seguía rondando a mi alrededor. Es posible que tenga muchas cosas que ahora mismo me merman en cierto sentido la estatura, pero no rechazo ninguna de ellas. Sigo preguntándome, porque jamás podré evitarlo, si es un planteamiento sabio por mi parte pero al mismo tiempo tengo la consciencia fortalecida de que, sin lugar para el titubeo, abrazo todos y cada uno de los pasos que me enfrentan de nuevo con este camino.</span></p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-83354104016968494562022-11-24T07:58:00.002+01:002022-11-24T07:58:42.084+01:00segundos.<p style="text-align: justify;">A veces me permito pensarte y en esos segundos de licencia me veo a mí misma en calma y sin ataduras como quien se despereza nada más despertarse confiada porque sabe que nadie puede verla y es que no hay trampas ni engaños ni siquiera anhelos no existe entonces la pretensión de que tú irrumpas en mi trama y tomes tu parte solo existo yo al fin sin barreras siempre con una música de fondo que abraza la certeza de que mis heridas se fueron y la piel curó suave y dispuesta una vez que ignoré todos los miedos que hasta hace poco adornaban cada punto de sutura.</p><p style="text-align: justify;">Justo en esos segundos escasos sosegados eléctricos preciosos en los que me permito pensarte.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-64427723446362542322022-10-26T08:19:00.005+02:002022-10-26T08:20:29.629+02:00azules.<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">El otro día cambié las sábanas y me tocaba poner esas que tanto me gustan las que son súper suaves y que probablemente la mayoría de personas vean de color verde pero que yo veo de color azul por eso de la deficiencia cromática y fue un gesto de bienestar aunque suene extraño porque me hizo sentir bien y sobre todo me acordé de ti, qué tontería en verdad pero así fue, recordé esa noche en la que si mi espalda se alejaba dos centímetros de ti tu mano la buscaba aunque no me pudieras ver en la penumbra y dormimos abrazándonos a ratos con sueño ligero despertándonos a cada poco para atrapar al otro y respirarnos en silencio y cuando no queríamos dormir más me dijiste “Vamos a acariciarnos un poco más por turnos y ya nos levantamos, vale”, supongo que me acordé porque esos días estaban puestas las sábanas azules aunque mi piso sea tan oscuro aunque hiciera tantísimo calor ese fin de semana aunque la vida nos hubiera vuelto a juntar de una manera tan extraña y tan poco buscada y por un momento me pareció también volverte a ver sentado a la mesa encorvado sobre un folio escribiendo cosas que a mí no me interesaba entender y pasaba por tu lado y tus manos volvían a alcanzarme y yo pensaba en su tacto tan delicado y en tus ojos tímidos a pesar de tus nervios continuos recordé esas dos rendijas que me miraban en las sombras mientras hablábamos de las cosas que hablan dos personas que se han abrazado toda la noche y saben que tardarán en volverse a ver y yo lo acepté y estuvo bien así pero a veces vuelves de manera inocua cálida como si fueras hogar y parece que entro a la habitación y sigues allí enredado entre esas sábanas azules que seguramente sean verdes pero que no importa porque me gustan igual y me recuerdan que hubo un tiempo muy corto en el que de madrugada medio dormidos y en calma las yemas de nuestros dedos se exploraban y pudimos sentir que es más que posible que en un mundo paralelo sigamos durmiendo juntos con sábanas de cualquier color pero pegados a la espalda del otro como si fuera algo normal y no algo que ocurre de repente sin planearlo y sin saber si habrá otras sábanas que vuelvan a refugiarnos.</span></div>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-61783262120313740492022-05-24T09:17:00.006+02:002022-05-24T09:20:29.160+02:00We could.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Podríamos conocernos más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Estoy segura de que se seguirían alargando las conversaciones, y los temas serios y ligeros surgirían poco a poco, sin presiones ni prisas porque llega la hora de marcharse.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En verdad, podríamos conocernos más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Quizás así yo no me sentiría rígida como una tabla y tendría espacio para ir relajando el cuerpo en todo momento, y no solo cuando tus pulgares comienzan a cerrarse en torno a la curva de mi espalda, y en ese instante ya no existen barreras ni corazas y todo se concentra en la fragilidad densa de un suspiro cortado por la cercanía casi desconocida de tu boca.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">No sé si podríamos conocernos más.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">De veras me encuentro sorprendida con no sentir todas las habitaciones patas arriba en mis adentros, invadidas por un remolino feroz que va levantando todas mis pertenencias. No, esta vez me siento tan en calma que apenas acudo a la escritura, a la búsqueda de cualquier señal que en realidad no existe, a la de cualquier excusa que me lleve a chocarme con tus esquinas y ponerme una vez más a merced de cada uno de tus movimientos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">¿Deberíamos conocernos más?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Al final, doy bandazos entre la disyuntiva de a quién corresponde acortar distancias hasta que me paro a pensar que no debería haber longitudes que comerme insegura. Tal vez de ahí venga esta sensación de tranquilidad. De orden. De ausencia de ansia por gestos y palabras que no dependen de mí.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Podríamos...</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Hay una parte de mí que sabe que es muy posible que nos conozcamos más y lleguemos a una comodidad peligrosa y holgada en la que sentarnos a descansar un tiempo. Esa posibilidad ya no me asusta. Tampoco lo hace el vacío de su potencial ausencia.</span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: inherit;"><i><br /></i></span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: inherit;"><i>Tú buscándome la boca yo la ruina</i></span></p><p style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: inherit;"></span></i></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: inherit;"><i>Tú buscándome la vida yo la mía</i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet;"><br /></span></p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-84305194370084282502021-02-21T22:03:00.003+01:002021-02-21T22:03:45.335+01:00Timing.<p style="text-align: justify;">Los tiempos que nos acompañan y que no caminan al mismo ritmo pueden llegar a ser una putada, pero me quedo con este calor de sentirme tan afortunada, renovada y reconstruida después de salir de un letargo del que me arrojaron con resistencia por mi parte pero que me ha reabierto un mundo que echaba de menos pese a no ser consciente: el mío propio, el de mis ritmos y mis afinaduras, mis pasos y mis suturas, firmes y desordenadas, pero mías.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-39364308960174755852021-02-12T11:18:00.004+01:002021-02-12T11:18:46.076+01:00Túnel.<p style="text-align: justify;">No sé por qué a veces nos empeñamos en conservar algo que no nos da ninguna luz. No entiendo por qué ese afán en seguir agarrando el cuchillo por el filo, apretando bien la mano para que el dolor se equilibre y así parezca mimetizarse con cada latido. Tampoco alcanzo a comprender el pulso detrás de cada vez que esperamos a que aparezca otra persona para dejar marchar a la que lleva cogiendo polvo en un rincón de nuestra memoria -que no pecho- más tiempo del que podíamos imaginarnos. Al final, cabe optar por un golpe sanador y preguntarse: ¿merece la pena seguir cargando este peso?</p><p style="text-align: justify;">Es indudable; algo anida adentro, silencioso pero firme: si existe la necesidad de formular esa pregunta, ¿no está acaso clara la respuesta?</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: right;"><i>Dejé de escribir de ti</i></p><p style="text-align: right;"><i>y me llovieron las luciérnagas.</i></p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-39614449103665880582021-01-30T15:58:00.000+01:002021-01-30T15:58:19.895+01:00Los besos.<p style="text-align: justify;">Se habla mucho de abrazos y poco de besos. Pero llevo tiempo preguntándome qué está pasando con esos besos que no estamos dando porque nos han roto todos los contextos que nos hacían sentir valor y empuje para hacerlo. ¿Qué está pasando con todas las noches a oscuras en bares abarrotados en las que íbamos a besar a personas con las que es probable que no nos crucemos hasta dentro de mucho? ¿Dónde están los amigos de amigos que se iban agarrar a nuestro estómago en caída libre después de conocerlos en ese ese evento cultural que nunca llegará?</p><p style="text-align: justify;">No puedo huir de un pensamiento que ha desencadenado todo lo demás como una volada de viento que tira todos los naipes colocados con empeño y seguridad. A título personal, el 2020 se llevó a una de esas personas que pensé que tarde o temprano iba a besar. Que un día volveríamos a coincidir en la ciudad y entre algún baile torpe y una conversación con muchas risas le haríamos justicia al impulso que juntaba nuestros raciocinios en el segundo exacto en que nos decíamos: Algún día pasará. Pero ya no. No será probable porque el universo articula mecanismos que no comprendo porque soy incapaz de asimilar lo que no considero justo.</p><p style="text-align: justify;">Sin embargo eso me hace dar vueltas en torno a los besos que no dimos, que no estamos dando, porque ya no hay noches precoces ni ruido de música que no nos interesa ni miradas que analizan rostros al completo que sonríen con comodidad ni grupos que se juntan para que las ganas sigan fluyendo. ¿Estarán en algún lugar?</p><p style="text-align: justify;">No seré yo la que os anime a buscar las bocas que os mueven los cimientos y que ahora observáis de manera tímida a través de la pantalla cambiando las miradas furtivas por likes. No voy a ser abanderada de buscar a todas las personas que tenemos en esa lista que todos tenemos (no me engañéis) porque no podría predicar con el ejemplo. Ni yo misma, a pesar de esas cuestiones que se agolpan justo detrás de los labios, como calambres que asolan después de demasiado tiempo sin circulación. No sé dónde están esos besos, ni siquiera si están en alguna parte. Me asusta pensar que todo ha cambiado y que, sea como sea, no nos van a esperar.</p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-67395958391678811752020-08-13T11:37:00.004+02:002020-08-13T11:39:44.044+02:00Refugio.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">No me arrepiento de no haberme perdido a mí misma. En todo este tiempo, si miro atrás comprendo que el tiempo seguía avanzando en línea recta y de manera paralela, pero que yo he sido capaz de no perderme el ritmo que me merecía en todo momento.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Lo sé porque desde hace semanas noto una nota de calor en el pecho que, al principio, me sorprendía. Me esperaba una temporada de frío y de piel seca, pero, en su lugar, la vida me ha golpeado con una certeza profunda e íntima acerca de que todo en mis adentros está en su sitio y me sigo cuidando como siempre. Es una sensación que podría calificar de nueva pero sé que no lo es: si vibra y descansa en mis adentros es porque llevaba ahí ya muchas lunas. Es como una fuente de agua tibia que no deja de brotar y bañarme con una película de bienestar que en ocasiones, todavía hoy, me sigue pareciendo extraña. Pensé que iba a estar desolada, perdida, y en lugar de ello he experimentado multitud de sensaciones y emociones sin perder el foco de ese calor en el torso, ese enganche brutal y constante que me mantiene con los pies enraizados en el lugar en el que debo estar.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">No habría pensado, de verdad que no, que de manera tan natural y sencilla yo misma iba a ser mi propio refugio. Que tantos meses de esfuerzo y de amor iban a conseguir que me mantuviera en pie, doblándome a veces por las rachas de viento violento, pero sin romperme. Pongo una mano sobre mi pecho y lo hallo ahí: un refugio inmutable y permanente en el que nunca se extingue la luz.</span></p>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-9000057409412777122020-07-06T10:51:00.002+02:002020-07-06T11:35:02.075+02:00La puerta.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Después de varias semanas con sueños agitados en los que el protagonista siempre era el mismo, vuelvo a dormir más tranquila y de mi subconsciente fluyen historias más variadas. Hoy he soñado con R. Era tan real y tan lleno de paz que he tardado en ubicarme cuando he despertado y he tenido que concentrarme para repetirme que R. murió hace unos meses, que nunca más lo volví a ver ni volveremos a encontrarnos en esta vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Era como si retomáramos nuestra última conversación. Como si yo, en esos momentos, ya no quisiera estar sola y no saber nada de nadie y lográramos reunirnos y tomar esas cervezas que nos prometimos y que nunca llegaron. Me miraba bajo sus pestañas espesas y negras de la misma manera que lo hizo en Nochevieja, con curiosidad y riesgo y un punto de vacilación. También sonreía, con esa sonrisa tan serena y bonita.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Cuando me he levantado también he recalado en algo que escuché ayer acerca de que es una pena cuando las personas le cierran la puerta al amor y no lo dejan entrar en sus vidas a pesar de que quieran o incluso a pesar de que ellas mismas estén enamoradas. Me he dado cuenta de que a R., con todo el dolor que me ha producido esa certeza, le arrebataron la opción de dejar entrar o no el amor en su vida. Me ha recorrido un escalofrío.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">He reflexionado que cada uno es libre pero sí, es una pena cuando uno cierra la puerta, teniendo todavía la oportunidad, y no deja que el amor entre y llene sus rincones vacíos.</span></div>
Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-31387069244024541022020-06-09T17:41:00.002+02:002020-06-09T17:43:44.688+02:00Pausa.<div style="line-height: 1.5; text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; line-height: 1.5;"><font face="helvetica">Esto es un caos. Lo sé, lo sé y lo siento en las paredes de mi estómago. Estoy llena de sensaciones agitadas que zumban en mis adentros como cien millones de avispas enfurecidas.</font></span></div><div style="line-height: 1.5; text-align: justify;"><font face="helvetica" style="line-height: 1.5;"><br /></font></div><div style="text-align: justify;"><font face="helvetica" style="line-height: 1.5;">Pero, aun así, cuando se calman por un solo minuto me encuentro con una certeza que rellena todos mis huecos internos. Mis días están más vacíos sin ti. Y no lo digo en un sentido que contradiría todas las lecciones de la psicología, el auto-cuidado o cualquier tipo de religión. Es simplemente un hecho, una mariposa que sobrevuela el campo de batalla cuando todas las avispas están agotadas y adormecidas. En todos mis rincones, sigue existiendo una sombra que me lleva a tu nombre y a nuestras rutinas, como la tinta permanente de un rotulador que no se borra por mucho que frotes en cada ducha.</font></div><div style="text-align: justify;"><font face="helvetica" style="line-height: 1.5;"><br /></font></div><div style="text-align: justify;"><font face="helvetica">Pero vuelven las avispas. Cojo aire. Y, exhausta, me vuelvo a poner en guardia.</font></div>Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-24246341796691107592019-12-19T19:28:00.001+01:002019-12-20T11:25:30.360+01:00Carta a alguien que no la leerá<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hay personas que desaparecen de repente. Un día uno se empeña en buscar sus huellas y solo descubre marcas borradas con prisas, y a pesar de ello resulta imposible seguir su rastro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Debo ser sincera y comenzar diciendo que apenas pienso en ti. Con el tiempo mi mente se ha acostumbrado a no tener la intención de buscarte en ningún hueco, salvo en contadas ráfagas que aparecen guiadas por una de esas piedras que todavía me llevan a ti. Entonces, de manera fugaz, hallo alguna emoción: a veces me siento enfadada, otras intento imaginar cómo estarás, y en ocasiones más reducidas me pregunto por qué sin poder sacudirme de encima una indiferencia algo triste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">He decidido enterrarte para que no vengas conmigo a mi 2020. No voy a quemarte, como sí sé que haré con otras partes que sé que solamente me suman peso de ese que me hace consciente de que es el momento de desprenderme. Cuando uno quema algo lo está eliminando convirtiéndolo en polvo y cenizas; enterrar algo muerto, en cambio, es darle la oportunidad de que sirva de abono para la nueva vida que viene.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Supongo que por eso te escribo esta carta, una carta que sé que no llegarás a leer, pero me sorprende teclear sin intención de que lo hagas. Supongo que es una manera más de hablarme a mí, de dialogar conmigo misma antes de dejarte ir definitivamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hoy he reflexionado que tal vez no te atendí como esperabas. Creo que una parte de ti siempre me vio de una forma que nunca fui. Me contemplabas como un verano que no llegabas a alcanzar, y es posible que te cansaras de caminar conmigo entre unas nieblas que creías aceptar. ¿De verdad te gustaba este gris que nos rodeaba casi de manera invariable? ¿O te abrías paso entre la bruma esperando unos rayos de sol que jamás llegaron? La verdad, no lo sé; no puedo saberlo, pues tu elección fue desaparecer sin palabras ni avisos, amparándote en un silencio que se extiende hasta hoy.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Lo más importante es que no te culpo. Hoy he recordado con alegría sincera nuestras conversaciones, y he apreciado tu espíritu de niño y tus miedos y tu pereza tan de adulto. Siempre me he sentido hastiada ante las preguntas que no llegan a responderse, pero yo misma también he escogido en algunas ocasiones cambiar de sendero sin avisar, aunque nunca en las mismas circunstancias. Cada persona elige sus opciones, de eso no tengo ninguna duda, y desencuentros así también me han enseñado a asumir y aceptar.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">A veces no se nos brinda la oportunidad de una respuesta, se nos deja desarmados con todos los recuerdos tirados por el suelo con furia. Cuesta tiempo, siempre cuesta, pero al final la clave es encontrar el instante en el que sabemos que debemos meterlo todo en bolsas y despejar el trastero para dejarle sitio a todo lo demás. Hoy he recogido los pedacitos de cristal que todavía se me clavaban en las plantas muy de vez en cuando, y los he contemplado con la certeza de que deshacerme de todos ellos no me causará dolor. Y eso ha hecho que me sintiera tranquila y en paz, como una ducha de agua caliente después de un día de mierda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Y, por más que me esfuerce en volcar en esta carta todo lo que debería decirte antes de no decirte nada más, no se me ocurre qué más puedo añadir. Estoy preparada para soltarte y desearte una vida plena, pues es un deseo que me sale directamente del pecho, sin fisuras ni obligaciones.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Así sea pues.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-55145439579630344722019-10-22T12:58:00.001+02:002019-10-22T13:00:24.008+02:00<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Estoy leyendo un libro que me dejó Sara hace siglos. Está narrado en forma de diario personal, y el tipo de narración contagia. Dan ganas de ponerse a escribir igual.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Justo hoy me ha preguntado Lucía que qué puede hacer en Barcelona, y yo le he dicho que en este libro se nombran infinidad de garitos alternativos. Me ha hecho gracia la coincidencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Lleva toda la mañana lloviendo y a mí me sigue encantando ese hueco que improvisamos en el salón para colocar mi escritorio y toda mi parafernalia desordenada. Tengo la ventana justo al lado y se cuela el ruido de la lluvia y también ese frío pálido que siempre hace cuando llueve. Incluso en verano.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Me encantan estas vistas. Son vistas de un barrio viejo pero forzadamente cambiante. Ante mí tengo decenas de ventanas, desde donde se me puede espiar de la misma manera en la que yo observo a la gente que se asoma. Una mujer justo en frente, a apenas unos metros, que sale a tender a menudo y que otras veces se asoma a una ventana más pequeña, parece de algún tipo de buhardilla, y fuma en silencio.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Mucha gente me pregunta estos días que qué tal estoy, que cómo estoy llevando todo. La verdad es que me sorprendo a mí misma encontrándome bien, tranquila, llena de energía y de ganas que todavía no tienen un objetivo concreto. Eso es bueno. Aprovecho ese estado de actividad porque llevaba unos meses sin él. Aunque ayer me dio un bajón, un bajón por el futuro, por vivir en un sitio donde no sea este. Entonces Anthony y yo caminamos en silencio un rato muy largo, él esperando con paciencia y yo teniendo debates en mi cabeza. Luego fuimos a comprar, pero por el camino él pidió falafel y patatas para cenar. Luego agarró un par de mantas, ya en casa, y me hizo el <i>sushi</i>. También me lo hizo en el Mercadona, como pudo. Me arropa con lo que pilla, enrollándome como si fuera <i>sushi</i>, y me abraza en silencio. Gracias, Trid, por la bonita sugerencia.</span></div>
Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-11363318677932516172019-09-25T00:34:00.005+02:002019-09-25T00:36:50.564+02:00Elegía contrastada.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hay momentos en los que los planes cambian sin que se pueda hacer mucho, porque siempre suele haber cabos que dependen de circunstancias externas hasta tal punto que es imposible atarlos hacia nosotros mismos. Supongo que es en alguno de esos momentos en los que pensamos que ya está, que hasta aquí, que ya no hay mucho más que se pueda aprovechar de algo que en otro tiempo nos hizo tan felices. O al menos creímos ser así de felices.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Son escollos, piedras de un puente que se hunden hacia el abismo. Imagino que es más fácil dejarnos ir detrás, ir perdiendo altura en un suspiro, ni siquiera en algo que se parezca a un grito de auxilio. Resulta muy duro tener que dejar ir algo que nos negamos a dejar de rozar, de alcanzar, de asir hasta que nos duelan todas las articulaciones. Tristemente, a veces no queda otra que soltarlo. No hay otra manera de seguir avanzando por esa pasarela que, en equilibrio, nos separa de ese precipicio insondable.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Lo más fácil sería entonces que sonaran en mis oídos los acordes que apuntan al final, al funeral inseparable de una despedida. Esa música opaca que me acompaña cuando camino con la barbilla hacia el pecho y los ojos repasando cada centímetro que recorren mis piernas, autómatas, rendidas ante la inercia.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Son esos pasos también los que me conducen a <i>casa</i>, a esas cuatro letras que cambian tantísimo de forma y color. Es un destino que en ocasiones queremos evitar a toda costa pero al que siempre volvemos. Al que siempre vuelvo. Es en esos instantes de reflejo involuntario en el que me dejo caer en el sofá en plena noche y me acurruco en una esquina, pensando que es la hora de romper.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Pero ningún paso es en balde, aunque podamos pensar lo contrario, y así, encogida, me llegan caricias que me reparan, silencios que me envuelven con calidez y olores que creo desconocer pero que en realidad son guía indiscutible cada día. Suenan otras notas. Unas que reconozco, que a veces desprecio porque son las que suenan siempre, pero que en el momento justo son bálsamo asombroso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><i>Estoy en casa</i>, me oigo pensar.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Y me dejo rodear por brazos que conozco y que me conducen a tientas al otro lado de esa sima por la que estaba caminando sin ningún pudor. Ningún paso es en balde, y ningún camino acaba donde pensamos que debe terminar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Esa canción se transforma, poco a poco, siempre a su tiempo, y muta de lo lúgubre a lo fulgurante, marcando en mi piel una nueva cicatriz mientras otras yemas la recorren, y la besan, y la abrazan, y dejan su huella para llenarme entera de la sensación de que todo irá bien. <i>Esto es hogar</i>, me oigo pensar.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Me pesa el polvo en todas las carnes y los pies cargan con toneladas de metal. Hay momentos en los que no es tan fácil hallar el sendero de vuelta. Pero lo importante es volver, volver siempre, creer siempre que se puede volver, que al final continuamente aparece un contraste que revuelve esa elegía y la hace luz. Apenas un rayito tímido; lo suficiente para levantarse del sofá, mezclarse con otra piel y salir adelante una vez más.</span></div>
Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-79785788379435558782019-08-30T13:32:00.000+02:002019-08-30T13:32:59.173+02:00El tiempo.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">¿Qué está pasando con el tiempo?</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Buceo entre las posibilidades que me han brindado todas las esquinas en las que he descansado estas últimas seis semanas. </span><span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Es curioso el tiempo. Toma tantas formas diferentes y nos negamos a admitir que cada una de ellas depende únicamente de nosotros mismos.</span></div>
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<span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Escribo por convicción aunque por suerte no es por inercia. Hay tantas cosas a las que puedo estar agradecida que les dedicaría renglones eternos si no sintiera este agotamiento emocional tan extraño. Pero no le tengo miedo; eso es lo bueno.</span></div>
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Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-47042573671502829742019-07-03T13:54:00.003+02:002019-07-03T13:54:30.856+02:00Lo mundano.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Supongo que tenemos la capacidad de decir lo que es divino.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Y lo que no lo es.</span></div>
Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-48491130527034241532019-06-03T23:27:00.001+02:002019-06-04T08:35:04.751+02:00El altillo (II)<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hace dos años comencé a escribir un glosario con tu nombre (en clave). Es curioso, porque ahora me siento en una noche de características similares a aquellas en la capital en las que mi piel te añoraba de una manera que todavía no entendía. Hoy sin embargo rotulo las letras que te identifican en una tímida caja de cartón que no sé si acabaré subiendo al altillo, junto a la del otro día, aquella que nada tiene que ver contigo.</span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hoy te he visto y mi corazón ha vuelto a entristecerse. Transformarlo en palabras me da cierto respeto pero sé que debo hacerlo para ser honesta conmigo misma. Sí, la sangre me ha latido más despacio después de tu contacto, mi piel se ha puesto un poco más gris. Me ha pillado por sorpresa, después de la película, entre los sorbos de una cerveza que me ha ido trayendo una pesadumbre que no logro sacudirme.</span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">No es una tristeza que me sorprenda. Es la tristeza de las heridas que no cierran pero que no incapacitan para seguir adelante. Hay temas que tal vez nunca logremos resolver, pero yo poco a poco me voy cansando de abrirme el pecho (o intentarlo) y hacer preguntas que no poseen una raíz banalizada aunque a ti puede que te lo siga pareciendo.</span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Me concedo unos segundos y respiro, y pienso que no sé qué voy a hacer con este pesar sordo, porque no sé si cabe en la caja de cartón que estoy preparando. Está llena de la soledad pesada se sentirme apartada, algún viaje a Tailandia, los sueños (tal vez solamente míos) de vivir en el otro lado del mundo como voluntarios u otras vidas que ni siquiera puedo mirar a los ojos todavía, siendo valiente.</span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div dir="ltr" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Termino de escribir tu nombre, con delicadeza pero sin miedos, y me pregunto qué ocurrirá el día, si llega, en el que decida subirme a la escalera y empujar la caja muy hondo, todo lo hondo que me permita el altillo. Creo que es lo típico que piensas que dejas a mano pero que en el fondo sabes que nunca vas a volver a recuperar. Me marcho a dormir triste, pero entera. Esta vez sin esperar que llegues, agarres este dolor y acabes meciéndolo y reconociéndolo también como tuyo.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe width="320" height="266" class="YOUTUBE-iframe-video" data-thumbnail-src="https://i.ytimg.com/vi/y-kG5XAxtAs/0.jpg" src="https://www.youtube.com/embed/y-kG5XAxtAs?feature=player_embedded" frameborder="0" allowfullscreen></iframe></div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4530008321551989525.post-10693028898206788322019-05-29T09:27:00.004+02:002019-05-29T09:27:42.070+02:00El altillo.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">He tenido una pesadilla horrible. Había un asesino merodeando, una víctima había muerto desplomándose ensangrentada encima de mi prima, y en un momento mi madre me llamaba llena de pánico y llorando porque estaba sola en casa, había escuchado un ruido y tenía miedo de que hubieran venido a matarla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Luego he estado pensando sobre la rendición ante la evidencia. Hace semanas metí todas mis esperanzas en una caja que escondí en al altillo, bien arriba, pero sé que no puedo dejarla allí para siempre. Pero todavía es muy pronto, no creo que vuelva a estar preparada para creer con una fuerza similar a hace unos meses. Creer con la misma fuerza ya sería imposible. Todo cambia y se transforma, y yo ya no soy la misma persona después de todo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Me encantaría recuperar toda esa esperanza y abrigarme con ella. Pero aún no puedo. En circunstancias así, la paciencia es el único camino, aunque sea el más molesto sin ninguna duda.</span></div>
Soñadora Empedernidahttp://www.blogger.com/profile/11668386612027889095noreply@blogger.com0