domingo, 22 de octubre de 2017

La felicidad.

Supongo que tiene que ser algo parecido a tú y yo, 
merendando un domingo, 
encima de la cama, 
viendo una serie
tan friki y tan vieja 
que ni siquiera voy a transcribir su nombre aquí.

"Me gusta que estés aquí".

lunes, 16 de octubre de 2017

(Tiempos raros)

Creo que tengo los ojos heridos. Aparentemente están sanos, lo sé, pero sin embargo mi mirada está dolida, ácida cada vez que se posa sobre alguien en el ir y venir infame de esta ciudad que tanto frío me da últimamente.

A veces me asusto. Sentir pena de sentir pena. Si me descuido, me encuentro acusándome a mí misma y gritándome que no tengo absolutamente nada que ofrecerle a nadie. Que no hago más que dar vueltas para fingir que no sigo atascada. Si me descuido allí estoy, por partida doble: estoy yo, sentada en un rincón, casi paralizada; y estoy yo también, de pie, desafiante, apuntándome con un dedo desde las alturas y con los ojos llenos de heridas.

Me asusta mimetizarme finalmente con el cemento, terminar de caer hacia abajo, seguir hundiéndome, de golpe, como llegando hasta un final que sé que no existe, pero que a veces me acecha, como hoy, cuando no tenía fuerzas ni para coger el metro y seguir con el trajín.

Y es que es cierto. Ese miedo. Esos pensamientos pastosos que me asaltan y me cubren por completo, asfalto líquido todavía, llenándome de manchas que sustituyen mi piel, que ya no brilla, porque me niego. Me niego y no quiero. Y, sin embargo, lo hago. Por qué. ¿Y si es verdad? Que no tengo nada que ofrecerle a nadie. A nadie. Se abre una grieta gigantesca ante mis pies y el tropiezo es tentador. ¿Con una tía así quién coño quiere estar?

Pero mi razón se sobrepone, sea como sea, y me repite que son unos minutos, unas horas, que no pasa nada, que a veces es normal. Y lo creo, con contundencia, pero mientras tanto mi piel sigue gris y mi pecho vacío, oscuro, esperando el momento de desbordarse, con lentitud, y tal vez llevarse esos arañazos de ira e insatisfacción que luzco en los ojos, por dentro, muy dentro, donde al final sólo puedo entrar yo.

Ojalá no hubiera escrito esta canción.

domingo, 15 de octubre de 2017

viernes, 13 de octubre de 2017

Préstame tu fuerza 
y haz que no me vuelva a caer 
Si ya te lo he pedido 
esta será la última vez