martes, 6 de marzo de 2018

Cinco minutos más.

Es como si el tiempo con él nunca fuera suficiente. Como si siempre estuviera disconforme con la hora que ponemos para que suene la alarma. Parece que se abre un abismo en mi cama si está él, y quiero que se convierta en un espacio aislado a las manecillas del reloj. Quiero decir, estoy tumbada, abrazada a él, y cualquier espacio de tiempo me parece corto. Insuficiente pero lleno. Prometedor del momento siguiente. Aun así, me agarro con un poco más de fuerza a su torso, y cierro los ojos, para ver si así de verdad el tiempo pasa de largo, y nos da cinco minutos más.

Pero desde que llegó a mi vida
no le tengo miedo a nada
Sólo quiero despertar
y ver que vuela otra mañana
de sábanas,
de besos,
perdidita en su mirada.