Me doy cuenta de que no sé muy bien cómo explicarlo, y eso me resulta bastante frustrante. Estoy acostumbrada a moldear las palabras para expresar hasta lo más nimio que encuentro escondido en mis adentros, y cuando ese trabajo no me funciona como a mí me gustaría no puedo evitar sentirme, en parte, perdida.
Sin embargo, creo que no podría explicar con palabras por qué escribo. Qué es lo que me lleva a levantarme cada día pensando en lo que me gustaría escribir. Pienso siempre en eso, y en ti.
Pero precisamente al pensar que es difícil para mí explicar por qué me ocurre esto, por qué soy así y me comporto en base a todo esto, no puedo llegar a imaginar cómo es para ti, que estás a mi lado presenciando casi todo desde tu rol de observador. ¿Cómo actuar cuando la persona que se sienta contigo ni siquiera es capaz de entenderse a sí misma o de justificar por qué tiene algo metido adentro?
A veces me quedo despierto por las noches
Y me siento culpable por alguna extraña razón
Quizás porque te veo a mi lado
Durmiendo como un ángel
Sin necesitar absolutamente nada más
A veces, cuando más me bulle la mente, pienso en esto. En cómo sería ver el universo sin sentir la necesidad de convertirlo en letras. En por qué me complico tanto, y en si te complico también a ti. Si todo sería más fácil para ti si esta parte de mí no existiera y pudiera aportar una calma mayor. En qué pasaría si fuera capaz de dormir como tú, sin necesitar absolutamente nada más.
Y me enredo en pensamientos laberínticos y extraños
Que emborrachan a las agujas de mi reloj
Y me adentro en paraísos y universos mágicos
En busca de nuevos versos para una canción
Entonces me destapo y me levanto de la cama
Y me muevo por la casa como si fuera un pez
Y de nuevo estoy nadando entre recuerdos muy lejanos
Y me invento pasadizos en la pared
Supongo que es en esos momentos, en algún segundo de esa velocidad mental, cuando decido convertir todas esas preguntas laberínticas y extrañas en paraísos y universos mágicos, y me hallo aporreando el teclado como he hecho siempre, aunque en ocasiones no quiera verlo. Entonces me separo de ti porque acepto que debo hacerlo e intento darle forma a todo lo que ocupa mi cabeza, viajando entre mil pensamientos que pueden llegar a mi pasado más remoto, descubriendo pasadizos en cualquier lugar. Ni yo misma, creo, sé cuánto pueden durar esos viajes por mi memoria.
Y aunque tengo miedo a perderme en mundos raros
Siempre dejo piedras para poder regresar
A tu lado
A tu lado
Porque al final me queda aceptar que esto forma parte de mí de una manera parecida a como lo haces tú. Que tal vez no puedas llegar a comprender mi ritmo, o se te pueda escapar, pero que tú acabas siendo un refugio en este camino que me lleva hacia adelante a pesar de que todavía me resisto. Y ahí encuentro mi fortuna, mi ventaja más poderosa; y es que ahora sé que siempre que me pierda habré dejado piedras o huellas para poder regresar a tu lado.
En un sueño de lobos y de ciervos blancos
Voy siguiendo las señales para regresar
Contigo antes de que te hayas despertado
Sigilosamente para no molestar
Porque entre mis luces y mis sombras acabo teniendo la ingenuidad de pensar que podré ocultarte todo esto, que podré esconder en mi rostro las señales del machaque o de la inspiración. ¿Pero cómo voy a poder?
Pero siempre te despiertas cuando me he acostado
Y me preguntas qué es la música que suena alrededor
Y de nuevo se vuelven a cerrar tus ojos lentamente
Mientras canto la canción que he escrito para vos
Es como si te despertaras justo cuando intento meterme sigilosamente en la cama para dejarme hueco suficiente y abrazarme cuando ya esté tumbada. Me haces preguntas sin la pretensión de encontrarte entre lo que he podido escribir, escuchando con atención, y tras ello vuelves a tu calma y a tu saber esperar, porque de verdad me demuestras que no necesitas absolutamente nada más.
Y a mí me toca asumir que tal vez yo nunca pueda abrazar esa calma directamente, pero que a través de tu piel puedo compartirla contigo. Que puedo escabullirme en plena noche y dar vueltas y vueltas y tener la suerte de saber que puedo volver a ti en cualquier momento, que me estarás esperando durmiendo, disfrutando del silencio que es posible que yo nunca pueda conocer, mientras siga con este insomnio.
Porque...
Y a mí me toca asumir que tal vez yo nunca pueda abrazar esa calma directamente, pero que a través de tu piel puedo compartirla contigo. Que puedo escabullirme en plena noche y dar vueltas y vueltas y tener la suerte de saber que puedo volver a ti en cualquier momento, que me estarás esperando durmiendo, disfrutando del silencio que es posible que yo nunca pueda conocer, mientras siga con este insomnio.
Porque...
Y aunque tengo miedo a perderme en mundos raros
Siempre dejo huellas para poder regresar
A tu lado
A tu lado