jueves, 5 de noviembre de 2015

"Eres tan peligrosa, tan peligrosa, mi amor..."

Él se levanta de la cama, pero, al ver que ella, perezosa y niña, se da la vuelta y deja su espalda desnuda a la vista no puede evitar inclinarse de nuevo y comenzar a besarla.

- ¿Te gusta?
- ¿El qué? ¿Que me beses así? - le contesta ella con los ojos cerrados y tanteando con su mano el colchón resentido buscando la de él.
- Sí.
- Claro que me gusta...

Y ella sonríe de manera natural, sin pretenderlo, y él intenta adivinar sus sueños y vuelve a tumbarse a su lado.

- No me quiero ir.
- Pues no te vayas. Quédate.

1 comentario:

Paloma N dijo...

Algunas veces son tan inútiles esos ''Quédate'', que me alegra que éste fuese en serio, directo desde el corazón y sin más pretextos.

Enhorabuena.