- ¿Te gusta?
- ¿El qué? ¿Que me beses así? - le contesta ella con los ojos cerrados y tanteando con su mano el colchón resentido buscando la de él.
- Sí.
- Claro que me gusta...
Y ella sonríe de manera natural, sin pretenderlo, y él intenta adivinar sus sueños y vuelve a tumbarse a su lado.
- No me quiero ir.
- Pues no te vayas. Quédate.
1 comentario:
Algunas veces son tan inútiles esos ''Quédate'', que me alegra que éste fuese en serio, directo desde el corazón y sin más pretextos.
Enhorabuena.
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