domingo, 7 de octubre de 2007

Podría pasarme horas muertas preguntándome cosas que jamás van a ser contestadas.

Tal vez si esa pareja de rostro arrugado que ahora camina por la calle de la mano ajenos a todos los años que han repetido esa misma escena hizo el amor en su luna de miel después de salir de la ducha para quitarse la arena que se había colado por sus trajes de baño en la playa. Si ríeron y se sintieron enérgicos como pueden sentirse ahora mientras ella posaba sus dedos en los labios de él para que no elevara la voz. Si se olvidaron de que tenían que bajar antes de las dos a comer y prefirieron alimentarse de besos, arañazos y felicidad entre laberintos de sábanas.

Si la opresión que nace en mi pecho y trepa hasta mi lengua para anudarla cesará algún momento envolviéndome en calma, como si estuviera tendida en el oleaje de algún mar en medio de ninguna parte, y el balanceo me meciera hasta caer dormida.



Si voy a conseguir escribir algo después de tanto tiempo con la sensación de que no hago más que patinar una y otra vez sin sacar algo que me deje satisfecha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

FIRST!