lunes, 14 de julio de 2008

Si me miro estás tú ahí. Aferrado a mis pupilas, siempre sonriendo esté o no enojada, siempre brillando ligeramente para que yo pueda ver que sigue sin apagarse la luz de mis ojos, luz que no es otra que la tuya. La que me llegas a dar.

Cuando me tropiezo sigues estando y me atuso como puedo los cabellos mientras sé que me sujetan tus brazos. Es extraño sentir que me miras constantemente, aunque no sea así; sentirte ahora mismo posando las yemas de tus dedos en mis muñecas para darle fuelle a mis manos y vencerme al intento de terminar las frases con un punto que no es sino tu rostro.

Porque si me dejas sigo jugando, con el peligroso aliento de fuego que se me enreda en la mirada si te veo, si me rozo la herida que acaban de hacer tus dientes y noto cómo se frunce mi ceño. No sé cómo, pero a veces me es imposible dejar de reír. Otras, en cambio, siento que abro un abismo porque mi expresión cambia, porque quiero pensar que entonces no te deseo, y me arde electricidad bajo la piel. Hasta que me calmas si me tomas de la mano.

Ahora mismo me estoy viendo mientras escribo y puedo asegurar que te siento, esperando, aguardando a que cierre los ojos y mi respiración se ralentice para colarte bajo mis sábanas y susurrarme los sueños que llevan tu nombre. Yo también te espero, dispuesta para jugar, arriesgándome a enfadarme, a fingir odiarte y después dibujar tus labios con mi lengua si me dejas. Los sueños están aquí, avanzando al lado de la noche; ahora falta la chispa que los haga ser dulces.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que nunca se apague entonces esa lucecilla ^^


Besazos y hasta pronto!

Yuki Ashura dijo...

Los sueños ácidos o picantes también están bien =P

'Aferrado a mis pupilas'

Qué expresión más linda!

Soñadora Empedernida dijo...

Anónima... Que no se apaguen nunca tus visitas.
Gracias.
:)




Yuki.
Prefiero lo dulce a la hora de dormir.
^^