martes, 9 de diciembre de 2008

Imagino que es totalmente distinto según la persona y la situación. Hasta aquí, no hay que ser muy inteligente para darse cuenta. Puedo decir también, y decirlo de verdad, que puede variar de ser un huracán que lo arrasa absolutamente todo para luego convertirse en un mar que apenas se mueve y en el que hundes tu pelo sin llegar a ahogarte.

A veces, sin embargo, se torna agujas afiladas que te recorren el cuerpo y establecen campamento justo en tu pecho, al resguardo de la tormenta que comenzará a gestarse en tu mirada de cristal oscuro. Pero hay otras en las que es una mano de dedos ágiles que acarician tu piel y la libran de los restos de sal que se acumulan en las grietas, ayudan con la magia de sus yemas a que dejen de supurar las heridas que sólo tú ves.

Ahora sí, estoy totalmente segura de que es algo que tiene un toque de fascinación porque es común a todas las personas pero irremplazablemente propio. Lo primero porque nacemos con ello, desde la primera lágrima, y lo segundo porque somos nuestros únicos dueños y de vez en cuando ni siquiera las palabras nos ayudan a darle alas para que los demás nos comprendan. Podría describir miles de ejemplos más, del mío propio, de los días y las noches con él y con su poesía y sus canciones grises.

Lo que me duele en serio es que se juegue con él, que se exagere o se le disfrace con cualquier burdo disfraz que lo torne apático y patéticamente hipócrita. Quiero que todos seamos sinceros con él primeramente, y que no nos construyamos castillos en el aire y luego le echemos la culpa a él, porque si eso es así es que anteriormente lo habíamos convertido en un simple vástago de nuestros deseos.

Está ahí, siempre, con nosotros, pase lo que pase, y debemos dejarlo hacer sin más, que nos vaya arropando poco a poco, o helándonos de frío si hace falta. El sentir nos llama y nos espera, a todas horas, pues nosotros mismos lo llamamos y lo esperamos, sin darnos cuenta de que nunca se va. Permanece, cristalino, como debe ser.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hooola!!

De nuevo estoy por aquí... males de los exámenes ^^'

Pero la verdad es que da gusto leerte :)


Cuidate Soñadora :)

Soñadora Empedernida dijo...

Esperemos que hayan ido bien esos exámenes.



No te voy a mentir, te echaba de menos.
:)

Yuki Ashura dijo...

... hablando de missear (ohmyfuckingdog, qué pija me he vuelto, oseeea), firmo hoy y ahora porque te echo de menos. Ni culpas ni culpables, sencillamente... eso. A veces parece que quedan muy atrás esos días de marzo cuando esperaba ansiosa que llegaseis, y aquellos finales de abril cuando desesperaba por no saber si volvería a veros.

No sé. Quizá me tomo nuestra amistad con tanto relax porque confío en que estarás ahí. Es como ese amigo de la infancia por el que desviviste, que se va a alejando poco a poco... Y cuando te lo encuentras por la calle, no evitas (porque no puedes) abrazarlo hasta asfixiarlo. Y tras eso ni siquiera volvéis a llamaros, porque sabéis que el otro va a seguir ahí, al otro lado.

No sé (y sigo sin saber). Habrá quien me tache de frívola y superficial, pero yo soy feliz. Soy feliz cuando, tras un mes sin saber nada de ti, hablamos por MSN y nos contamos las nuevas (más esenciales, que el tiempo no perdona).

Tampoco sé a qué viene este tochaco de sentimientos desbordados; quizás sea por eso mismo, porque me desbordan y no quiero contenerlos. Que tampoco quiero reventar.

O quizás sea porque esta entrada es 'más' especial porque la noto un poco mía. El sentir. Todos tenemos de eso, y a unos duele más que a otros. El día que deje de sentir, enterradme.

Un besito, Elena (K)

Anónimo dijo...

Tanto tiempo leyendo tu blog, y nunca me había atrevido a comentar...me gustas.
Me encantas.
Joder, me encantas.
Cómo transmites, todo.
Sencillo, perfecto.



Felicidades =)

Anónimo dijo...

Ah..
Llevaba varios meses siguiéndola como si fuese su guardiana.
Tenía su página como predilecta, y me sentía una privilegiada por poder leerla.
Sin embargo siempre había algo turbio, no la conocñia.
La imaginabaentre sus amigos, feliz. Y yo aquí.
Deseaba con todas mis fuerzas tener algún día el valor suficiente para deiclr e cuatro estúpidas palabras.
Estúpidas, pero con un sentido especial.
Porque eran para ella.
¡Dios!
Las veces que lo había deseado!
Pero con desear no bastaba, así que decidí dar un paso.
Comentar.
Estaba nerviosa, para qué negarlo.
Saber que ella lo leería me hacía sentirme más nerviosa aún.
Creía ser su fan número uno,pero cómo serlo si ni siquiera me atrevía a..
En fín.

^^'

Soñadora Empedernida dijo...

Vaya. Lo cierto es que tu comentario, Anónimo (o anónima), me ha producido unos nervios especiales en la tripa. Me has dejado sin palabras.

Así que dime tú, ¿qué cuatro palabras? Atrevámonos.
(Sí, tengo curiosidad, ¿se me nota? ^^ )
En serio. Muchísimas gracias por leer y por decirme todo esto. Ya ves que me he quedado muda.


Me anima a seguir con estos pequeños retazos, que ya es algo.


:)
Mil besos.