lunes, 5 de julio de 2010

Las cosas no cobran sentido por sí solas. Somos nosotros los encargardos de otorgarles un valor especial que las haga cobrar significado. Por eso considero inútil realizar algo sin sentirlo de verdad o mantener algo que sólo nos produce calidez en el recuerdo. El recuerdo sirve para que podamos confeccionar un archivo de hechos pasados que nos ayuden a moldear el resto del camino; pero los recuerdos son, casi siempre, irrepetibles y en darnos cuenta de ello reside uno de los aspectos más dolorosos de nuestra existencia.

Nada es especial por sí mismo. Casi siempre somos especiales a otros ojos y a otros sentidos que nos ven de manera muy distinta a cómo nos devuelve nuestra imagen el a veces temido espejo. Y considero eso mágico. Ser yo misma pero, al mismo tiempo, ser cientos de personas diferentes para cada uno que me conoce. No hay una percepción igual a otra, y lo más misterioso es que no existe manera humana, hoy en día, de comprobar esta afirmación que hago.

La ciencia no lo posee todo, puesto en nuestra mente sigue siendo algo inalcanzable. Sobre todo cuando se enlaza con otras, a través de los ojos, y en los mecanismos internos se dan reacciones que aún no tienen nombre. Imagino que estas reacciones son las encargadas de hacer las cosas especiales.

Algo que para otra persona carece de signicado, es un templo para otra. Por ello, cuando ese templo deja de iluminarse y pierde sentido, se vuelve un hecho banal, rutinario y lleno de monstruos pasados.

4 comentarios:

Nada más importa dijo...

Cuantas verdades dentro de un mismo texto.
Si, el sentido de las cosas, es el que nosotros les damos, y si lo carece es porque no lo encontramos.
Nunca nadie comparte las cosas de la misma manera que nosotros y eso es lo que nos hace unicos.

Besos!

Euforia dijo...

Gracias por seguir comentando, y perdón por mi ausencia. Ti relato en sí es especial, quizá porque yo le doy ese significado :)
Palabras muy profundas.

Besos :)

Alex dijo...

Muy cierto y muy profundo!
Un abrazo.

Rorschach dijo...

Anonadado me hallo, me ha costado pillarlo!