En la alcobita, silencio y penumbra. En el silencio, el alentar de Brunettino ya dormido; en la penumbra, el nácar de su carita. Y, gozando ese mundo, el viejo sentado sobre la moqueta. Guardando ese sueño como guardaba sus rebaños: solitaria plenitud, lenta sucesión de momentos infinitos. "Siento pasar la vida", pensaría si lo pensase.
JL Sampedro
1 comentario:
Grandísimo libro! Le tengo mucho cariño desde que alguien especial me lo dejó.
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