...y desde mi casa grito:
que aunque pienso en abrazarte,
que aunque pienso en ir contigo,
el doctor me recomienda que no me quite mi
abrigo,
que no esté
ya
más
contigo.
Y yo no puedo negarme, pues el tipo soy yo mismo.
Estudié mientras dormías, y aún repaso las lecciones, una a una.
Cada día.
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