miércoles, 19 de septiembre de 2007

Cojo aire y lo suelto en un largo suspiro, como si así las penas fueran a disiparse. Como si yo pudiera liberar mi cuerpo de tristezas, con un movimiento de tal facilidad. Y quedarme a medio llenar de sensaciones. Medio vacía.
Pero estúpidamente feliz.

Me juré que si lloraba por ello no seguiría adelante. O algo así. Pero ahora es cuando, mientras las huellas de un par de gotas saladas van borrándose, me pregunto si hice bien en llegar hasta aquí. Tan vacía de repente. Tan agotada.
No sé.
Me gustaría escribir de modo que sea cualquier personaje quien sienta esto. Pero hoy voy a ser yo la que arroje su máscara a las llamas de un fuego que no calienta, pero quema. Me descubro, queridos lectores.
Vuelvo a las andadas y escribo por mí. Ni por él ni por ella. Ya me gustaría.

Siento una impotencia consentida por todo mi cuerpo. Su núcleo reside en mi garganta y esto provoca que, cuando trague saliva (palabra maldita e hiriente), los sentimientos vuelvan a aflorar de ese falso resquicio y vuelva el dolor a apoderarse de mis entrañas.

Una mordaza cubre mis labios y termina en mi nuca, donde yo misma le puse fin apretando ambos extremos contra mí. No me hacen falta ni gafas de sol ni antifaz; hoy mi mirada también está invitada a guardar silencio. Hoy resurge mi antigua yo y se zambulle en el caótico desorden de mi subconsciente.
Ése al que sólo tengo acceso yo. Ése que se me clava y me grita con voz desgarradora palabras que hacen enfurecer mi alma. Ése que se siente victorioso cuando agacho la cabeza y dejo que el tiempo pase sin que me mueva un solo centímetro de donde estoy.
Mi cuerpo. Mi mente viaja rauda, abandonando a la dueña al abandono. Mi barbilla pide un soporte eficaz y mis dedos se lo ofrecen momentáneamente, mientras pongo en orden lo que quiero transmitir.
Es endiabladamente difícil. Yo lo hago difícil. Pero es que en verdad lo es. Para mí, al menos.

Los rayos de vital sol que se cuelan por los agujeros de mi persiana no me invitan a acompañarlos, me recorren envueltos en dorados y motas de polvo para luego marcharse. Su busca continúa, y no la van a parar por mí.

Se hace hasta fascinante tener tantas ganas de gritar y no poder. O no atreverse. La mordaza sigue apretando y un diente rebelde se escapa de ella para clavarse en mi labio inferior. El dolor físico a veces es calmante de otros. Pero hoy me parece que no es el caso.


El día no ha terminado, cierto es, pero dudo que se encauce hacia otro desenlace distinto.
Los colores pueden intentar arroparme. Pero sigo viendo nubes que tapan toda felicidad en estos momentos. Todo recuerdo. Toda sensación a la que antes recurría a diario. Nubes que desembocan en mi estómago y lo agitan sin condición. Nubes que hacen zumbar mis oídos y empalagan mi cabeza de lo de siempre.
De lo de siempre. Distinto tal vez en esta ocasión.

Hacía mucho que no tenía un día gris, aunque parezca mentira. Quizás éste me ayude a tomar una determinación que lucha por salir de mis adentros desde hace días.
Y la mordaza caiga.
Y yo me levante.

4 comentarios:

Yuki Ashura dijo...

...

Elena, erras en tu viaje por el tiempo... Aún no es domingo.

Regresa al día en que estamos. Y sé feliz.

Anónimo dijo...

Si miras fijamente el cielo en un día gris, observarás cómo el viento va moviendo las nubes. Despacio. Muy despacio.

Sopla sobre las tuyas. Quizá la vorágine de sentimientos que te hace tener una mordaza se difumine, se empequeñezca. ¿Quién sabe? Tal vez muera.

Pequeño consejo que probablemente caiga en el pozo del olvido.

Soñadora Empedernida dijo...

Tal vez tu consejo no caiga en el pozo del olvido.
¿Quién sabe?

Poco a poco voy aprendiendo a soplar nubes con paciencia. Con ayuda.



Gracias por leer, coubert.

Yuki Ashura dijo...

Y aquí de nuevo. Me encanta estar por aquí, sí, sí.

Vamos por parte, que son varias cosas las que me gustaría comentar.

+ ¿Por qué sonríes con mi comentario? No le veo el lado cómico U-U xD Pero aun así, me alegra hacerte sonreír.


+ Sobre mi banner... Es la típica escoria que haces de prueba, y luego se te quitan las ganas de seguir probando estilos y acabas dejándola como está. El problema de la fuente es ya mítico, probé las más de cien fuentes que tengo y no me convenció ninguna. Al final lo volví a dejar como estaba, y pasé de complicaciones inútiles. En algún momento de mi vida crearé otro banner más molón, y ya está. Gracias por decir que te gusta la imagen =}


+ Ahora contesto yo. Como estación favorita designaría al invierno en todo su esplendor. De hecho, Yuki significa nieve en japonés. Adoro el frío gélido y frívolo, me resulta de las cosas más bellas que tengan cabida en este mundo. Adoro la nieve. Adoro el hielo. Adoro el vaho que desprende el frío, tan tenue y sutil. Así que consecuentemente, adoro el invierno. Ya no sólo por la belleza de la cual está impregnado, sino porque además me siento plenamente cómoda. Soy horriblemente calurosa.


+ Más cosas. Ya vi que colgaste la otra parte de tu descripción en el flog. Mola saber más cosas de ti. Y estoy de incógnita en Dragones Errantes, sí, desde aquel día en que hicisteis un año como foro. Me paso todos los días xD Me es cómodo.


+ Sin querer ser una metomentodo descarada e impertinente, ¿por qué cerraste ese capítulo de tu vida?... Pero en fin, es agradable saber que te sientes libre. El resto es hacerse a la idea. Y si la decisión tomada es certera y no existen posibles arrepentimientos, mejor que mejor.


+ Los maxicomentarios son los más chachigüais que existen. Ovación *-*


Y ya está xD Sólo me queda decir que para mí también es un placer leerte. Y que visito todos los días -también, sí- tu blog! Aunque no actualices x.X Pero es lo que hay.

Guapísima!

Que todo te vaya inmejorablemente perfecto :*