jueves, 6 de septiembre de 2007

-Hijo de puta.

La sangre se agolpó en su boca y sintió cómo hervía en sus papilas gustativas. Estaba completamente enervada. Y dolida. Soltó el improperio como una olla exprés, sintiéndose más aliviada conforme las palabras brotaban de sus labios. Pero, más aun, cuando el aludido deshizo sus pasos y se plantó frente a su rostro.

-¿Qué dices? ¿Sólo se te ocurre eso?

El aludido se reía interiormente, orgulloso de romper almas y no proporcionar los medicamentos para que las heridas dejaran de supurar.

-Sí. Me alegro de haberlo dicho sin problemas. Y, la verdad, es que tengo toda la razón. Tú no te merece otro insulto y, de paso, ése a tu madre le sienta bien.

Sus miradas se repelieron recíprocamente. Él acababa de lanzar a las llamas de la desolación el sueño de ella; ella quería que su rostro se mostrara impertérrito aun estando derrumbándose por dentro.
"Muérdete los carrillos, muérdete los carrillos..."

-Ahora me doy cuenta. Gracias a ti, me doy cuenta.

-¿De qué?

-De nuestro mayor error. Y lo peor es que me doy cuenta ahora. Para tu disfrute.

Él hizo mención de darse la vuelta, para denotar que le importaba bien poco lo que ella sintiera en ese momento. Había pasado momentos placenteros con ella, sin más. Le divertía la idea de ir rompiendo corazones, dejando rastros de lágrimas a su paso.

-Hay muchas formas de hacer el amor. Tú y yo sólo descubrimos una. La que tú quisiste. Pero no sólo ésa podría habernos hecho llegar al éxtasis.

Él se paró mientras las palabras de ella resonaban en su mente. Ahora sí, soltó una sonora carcajada que hizo temblar las trincheras de ella.

-No me vengas ahora con esas... A las tías siempre os han gustado esas movidas románticas. Se te pasará, ¿vale? Me caes bien, lo sabes. No me montes ningún número como hacéis todas. Todo pasará.

Y, con la ira de ella desbordando los límites, se marchó. Y ella rompió a llorar, envuelta en engaños y en ilusiones.
Pero lo que acaba de decirle le pesaba de tal manera... Sabía que era cierto. Ellos dos tan solo habían descubierto la manera usual de intercambiar calor. Pero pensó en las caricias, y las palabras, y las risas, y las miradas, y los suspiros que se quedaron de camino. Había habido tantas formas de ser uno...
Se acurrucó un poco más mientras el eco del viento le iba trayendo, poco a poco, la cordura. Aun sintiendo el calor de la sangre iracunda en sus venas, los pálpitos de un corazón indispuesto por todo su cuerpo, dejó de morderse los carrillos y saboreó las lágrimas mientras sonreía. Decidió que buscaría a alguien que quisiera hacer el amor con ella sólo con mirarse. Sin quitarse la ropa. Sintiéndose dueño del otro, simplemente.
Aunque, tal vez, ese alguien ya estaba buscándola a ella.

-Hay demasiadas formas de hacer el amor como para desperdiciar alguna de ellas... -musitó mientras se sorbía la nariz y observaba el último atardecer que vería su inexperiencia.

1 comentario:

Yuki Ashura dijo...

No sé ni cómo mierda empezar a saludar.

Un 'Buenas' quedaría demasiado soso, un 'Saludos' demasiado tétrico, un 'Hola' demasiado serio y un 'Qué tal' demasiado amistoso.

Es hasta gracioso que este tipo de nimiedad sea un problema, pero así soy yo.

Aquíiríaelsaludoestipulado.

Hace mucho que conocí tu blog, y creo que no te dejé ningún comentario. O quizás sí, y lo dejé en anónimo... Ni me acuerdo. Pero eso, que hace ya mucho que me pasé por aquí por primera vez.

El otro día me pediste mi blog por medio del flog. Al principio dudé, por extraño que parezca. Es un blog muy nuevo, porque en vez de reabrir el antiquísimo, me creé este por medio de mi otra cuenta. De ahí que esté tan vacío. Tengo la vaga esperanza de actualizarlo paulatinamente. Me cansé del flog y de mis otras páginas, que están muertas y además me oprimen el pecho.

Así que aquí tienes, espero que no te decepcione.

Yo me seguiré pasando por aquí, descuida. Es más, tengo pensado hacer alguna que otra cosa.

Hasta pronto.