Me ha inspirado él, aquel que tantas veces nombrabas sin ponerle nombre provocándome muecas de fastidio, de nuevo, con uno de sus textos. Con un recuerdo enlatado en hojas de papel, gritando hacia más allá del cielo, o donde os escondéis todos. Después de dejarnos.
Me encuentro asustada. Supongo que ya sabrás por qué, porque de alguna manera sé que cuando hablo para mí estoy hablando contigo. Porque así lo quiero, y si de verdad existe la fe esta es la mía. Saber que me escuchas. No sé qué haré, lo digo totalmente en serio. Sé lo que deberé hacer, pero me da tantísimo miedo romper esta estabilidad tan frágil pero que se mantiene de alguna manera... No quiero ver la decepción en sus ojos porque me dolería más que nada. Sentirme fracasada si ellos se sienten así. Brilla en mí un pequeño rayo de luz, pero me hundo tan a menudo en las profundidades del pesimismo... Que no puedo vivir así. Necesito saberlo de una vez.
Asustada y de exámenes. Ya sabes. Lo pienso a menudo, lo de ir a verte. Siempre se me pasan los días y ahora me encierro para no perder ni un minuto (aunque sea falso; los gasto soñando). Cuando acabe sé que iré. Me avergüenzo de no saber encontrarte pero me armaré de valor y preguntaré, descubriendo mi plan. Qué importa. Quiero ir y compartir un silencio contigo, o los que sean. Y devolverte los últimos dieciséis euros que me diste, que me dieron en tu nombre, y que no he gastado desde el 17 de marzo.
Necesitaba escribirte. Gritarte a ti mis preocupaciones y mis ganas de llorar este desequilibrio. Y sé que me escuchas, de alguna manera, en blanco y negro como siempre te recuerdo. Dándome un poco de paz y haciéndome sentir desdichada por ser huérfana de esta manera, pero hablándote a cada instante. No sabes cómo te abrazaría si tuviera la oportunidad ahora.
Me encuentro asustada. Supongo que ya sabrás por qué, porque de alguna manera sé que cuando hablo para mí estoy hablando contigo. Porque así lo quiero, y si de verdad existe la fe esta es la mía. Saber que me escuchas. No sé qué haré, lo digo totalmente en serio. Sé lo que deberé hacer, pero me da tantísimo miedo romper esta estabilidad tan frágil pero que se mantiene de alguna manera... No quiero ver la decepción en sus ojos porque me dolería más que nada. Sentirme fracasada si ellos se sienten así. Brilla en mí un pequeño rayo de luz, pero me hundo tan a menudo en las profundidades del pesimismo... Que no puedo vivir así. Necesito saberlo de una vez.
Asustada y de exámenes. Ya sabes. Lo pienso a menudo, lo de ir a verte. Siempre se me pasan los días y ahora me encierro para no perder ni un minuto (aunque sea falso; los gasto soñando). Cuando acabe sé que iré. Me avergüenzo de no saber encontrarte pero me armaré de valor y preguntaré, descubriendo mi plan. Qué importa. Quiero ir y compartir un silencio contigo, o los que sean. Y devolverte los últimos dieciséis euros que me diste, que me dieron en tu nombre, y que no he gastado desde el 17 de marzo.
Necesitaba escribirte. Gritarte a ti mis preocupaciones y mis ganas de llorar este desequilibrio. Y sé que me escuchas, de alguna manera, en blanco y negro como siempre te recuerdo. Dándome un poco de paz y haciéndome sentir desdichada por ser huérfana de esta manera, pero hablándote a cada instante. No sabes cómo te abrazaría si tuviera la oportunidad ahora.
1 comentario:
¿También te da pánico 2º de bachi?
Tranquila. No eres la única. Ya somos 2 al menos. Pero lo único que se me ocurre es decir Yes, we can!
(otra cosa es cómo lleguemos al terminar. ¿Sabes las pelis de Rambo, cuando termina un tiroteo que está todo lleno de sangre, manchado y despeinado? Así me veo yo)
Anyway, siempre quedará algo para poder desconectar los 5 minutos escasos entre horas de estudio.
A propósito, cómo terminó el partido? Íbais 0-1 ganando cuando me fui...
Un abrazo, Soñadora
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