Están alimentando el odio.
Y, entre tanto, la gran maquinaria sigue girando. Mientras alguien con traje y renombre arranca un último mordisco a su langosta con gula y disfrute, otro alguien rebusca entre los escombros de su barrio destruido los cadáveres de sus cercanos. Las redacciones trabajan. A las 21.00 hay telediario. Pero lo hacen con prudencia: no vaya a ser que la gran maquinaria se enfade, y a alguien se le indigeste el canapé pertinente.
3 comentarios:
Una muy buena manera de describir la forma en que se ha convertido este mundo. No entiendo como las cosas pueden cambiar tan radicalmente y tan negativamente. La verdad es que si te paras a observar durante un instante a tu alrededor y ves todo o que ocurre dan ganas de ir contra esa "maquinaria" y acabar con todo esto de una vez por todas. Muy buena entrada.
- sonríe eternamente -
La pena es que no se le atragante el canapé...
Saludos, soñadora.
Pues sí, Little Lena, últimamente todo lo que implica mirar alrededor da ganas de revolución... Gracias por comentar!
De acuerdo contigo, Yonseca. Ya lo sabes. En fin!
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