¿Qué son 74.462 palabras si no construyen, si no remueven, si no hablan?
Me siento cansada si ellos están cansados, sufro con ellos y ahora, sentados en una sala de espera dolorosa de un hospital del norte, la desidia se me va con ellos, y me pregunto qué pasará cuando tenga que despedirlos, cuando me miren desde las páginas acribilladas a sílabas con esos ojos de "¿Ya está? ¿Esto es todo lo que vas a hacer con nosotros?"
No quiero olvidarme de lo real. Pero, ¿qué ocurre si lo real son ellos? Si me están construyendo por dentro, y no al revés; si cada vez que me hieren, o cada vez que hiero, huyo a ellos y les sigo dando forma. En qué punto de la creación asoma la nariz la ficción. ¿Cuándo dejo de ser yo para que sean sólo ellos? ¿Eso ocurre?
Mi gente a menudo me pregunta: "¿Sigues escribiendo?", y yo en mis adentros proceso las palabras de manera diferente, y me escucho responder:
"Sigo construyéndo(me), relacionándo(me), calmándome. Sigo viviendo."
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