viernes, 19 de mayo de 2017

"¿A qué no sabes dónde he vuelto hoy?"

El amanecer nos había pillado en la carretera. Volvíamos de un fin de semana intenso de rodaje a 400 kilómetros de Madrid, y en apenas unas horas entrábamos a trabajar de nuevo. Intercambiábamos canciones mientras la oscuridad se iba manchando de rosas y azules, y fue cuando L. me habló de este disco, me contó la historia que narra y me puso esta canción, en la que nunca antes hasta ese día había reparado.


Vertical y transversal, 
 soy grito y soy cristal, 
 justo el punto medio, 
 el que tanto odiabas 
 cuando tú me provocabas aullar.

martes, 16 de mayo de 2017

La nota pegada en la puerta de la nevera.

Decía:

Yo ya no te puedo ayudar.
¿No lo recuerdas?

Y la veía cada vez que iba a calentarse la cena. Sin hambre ya.

sábado, 6 de mayo de 2017

El grito.

Si tú supieras
que quería gritarte que te quedaras
conmigo.

Pero no puedo. Me he encerrado en esta posición de enferma de lo racional porque así es mi escudo y no soy ni siquiera capaz de gritar a nadie que no sea yo misma (cuando nadie me escucha). Me gustaría gritarte, de verdad, avisarte de que voy a hacerlo, y hablarte de todos mis porqués, de mis sacudidas y de mis miedos.

Pero no es mi momento. O quizás sí, y prefiero pensar, razonar, que ya lo fue, y así me excuso, y sigo protegida, con un escudo que ya se resquebraja, mientras vuelvo a casa gritándo-me, hablándo-me. Como si tú estuvieras en algún lugar, escuchando, y mi grito tuviera algo de sentido.

miércoles, 3 de mayo de 2017

El despertar.

- No me puedo creer que esté sufriendo.

Lo dicen los nervios danzando en mi tripa y las agujitas de angustia que de vez en cuando acuden a mi pecho. También mi mente, que no para de pensar, y recordar, y de trazar conclusiones que hasta hoy tenían polvo.

Recuerdo la angustia como algo malo. Recuerdo esa emoción como el principio del fin, como la marca en el calendario que hizo que mi cabeza hiciera clic. Y, ahora, sin embargo...

Yo pensaba que la angustia siempre era algo malo.

Pero resulta que hoy. Ahora. Parece que estoy despertando.

El final y el principio.

- ¿Duermes esta noche conmigo? -le pregunto.
- Por supuesto. 

Hay algo en el amor que siempre me he sentido incapaz de comprender. Existe un punto en el que sólo he estado cuando me he enamorado y que ha disipado en parte mi cordura porque me he entregado por completo a ese sentimiento animal. Pero si algo he podido aprender de mis fracasos es a eliminar acepciones de mi definición personal de esta emoción, y ahora sé que en ella no tienen cabida palabras como celos, posesión, desconfianza o control. Cargo con mis historias pasadas a la espaldas pero no quiero que perjudiquen a nadie; quiero que me vertebren para que nadie a mi lado tenga que pasar por todo aquello negativo por lo que me hicieron pasar a mí. 

Miro a A. Es él, sé que es él, y tenerlo claro es como si entrara luz por una ventana que ha permanecido años tapiada.

martes, 2 de mayo de 2017

La valentía.

¿Y si a veces lo valiente consiste en justamente pararse y pensar si el camino que estamos llevando es el correcto?


Una voz me dice: 
"Déjate llevar" 
Otra voz me dice: 
"Mientras puedas escapa"
(JI)