viernes, 19 de mayo de 2017
"¿A qué no sabes dónde he vuelto hoy?"
martes, 16 de mayo de 2017
La nota pegada en la puerta de la nevera.
Yo ya no te puedo ayudar.¿No lo recuerdas?
lunes, 8 de mayo de 2017
sábado, 6 de mayo de 2017
El grito.
Si tú supieras
que quería gritarte que te quedaras
conmigo.
Pero no puedo. Me he encerrado en esta posición de enferma de lo racional porque así es mi escudo y no soy ni siquiera capaz de gritar a nadie que no sea yo misma (cuando nadie me escucha). Me gustaría gritarte, de verdad, avisarte de que voy a hacerlo, y hablarte de todos mis porqués, de mis sacudidas y de mis miedos.
Pero no es mi momento. O quizás sí, y prefiero pensar, razonar, que ya lo fue, y así me excuso, y sigo protegida, con un escudo que ya se resquebraja, mientras vuelvo a casa gritándo-me, hablándo-me. Como si tú estuvieras en algún lugar, escuchando, y mi grito tuviera algo de sentido.
miércoles, 3 de mayo de 2017
El despertar.
- No me puedo creer que esté sufriendo.
Lo dicen los nervios danzando en mi tripa y las agujitas de angustia que de vez en cuando acuden a mi pecho. También mi mente, que no para de pensar, y recordar, y de trazar conclusiones que hasta hoy tenían polvo.
Recuerdo la angustia como algo malo. Recuerdo esa emoción como el principio del fin, como la marca en el calendario que hizo que mi cabeza hiciera clic. Y, ahora, sin embargo...
Yo pensaba que la angustia siempre era algo malo.
Pero resulta que hoy. Ahora. Parece que estoy despertando.