Qué pasa con el dolor atenuado, la verdad sobre la mesa, el tiempo que se clava porque dice que sintamos su peso ahora que se agota. No voy a saber actuar. Hasta las esperanzas saben rancias porque en el fondo sentimos que no son ciertas. Se nos va a atragantar la luz artificial y la vida, que falta, que falla, que hace pip, que se extiende en tonos rojos por las sábanas blancas... Se nos va a atragantar.
Hasta los sueños veo ahora ridículos, con esta sonrisa amarga y el miedo cortado de golpe. Pensando en el otro lado. Minimizándolo todo... Incluso las ganas, las ganas de compatir nuestras somnolencias. La tristeza infinita, y no sé bien por qué, porque pasará lo que tenga que pasar.
Me gustarían tantas cosas que no llegan. Tanto me gustarían que sé que no van a llegar.
2 comentarios:
tu entrada de hoy me recuerda un poco a un poema de mario benedetti
creo que se llama hombre que mira más allá de sus narices
o algo parecido =) léetelo y dejate de seguir con la sintonia de esta entrada.
Somnolencias o insomnios que nos cuestan compartir. Creo que irá por épocas como nos dé por mirar y hacer las cosas.
Arf, ya hablamos...chica-almendra-fea.
Las verdades, siempre que existan, no tienen porque ser siempre dolorosas. De todo se puede sacar algo positivo y enriquecedor.
Cuídate Brempita.
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