jueves, 12 de marzo de 2009

Qué pasa con el dolor atenuado, la verdad sobre la mesa, el tiempo que se clava porque dice que sintamos su peso ahora que se agota. No voy a saber actuar. Hasta las esperanzas saben rancias porque en el fondo sentimos que no son ciertas. Se nos va a atragantar la luz artificial y la vida, que falta, que falla, que hace pip, que se extiende en tonos rojos por las sábanas blancas... Se nos va a atragantar.

Hasta los sueños veo ahora ridículos, con esta sonrisa amarga y el miedo cortado de golpe. Pensando en el otro lado. Minimizándolo todo... Incluso las ganas, las ganas de compatir nuestras somnolencias. La tristeza infinita, y no sé bien por qué, porque pasará lo que tenga que pasar.

Me gustarían tantas cosas que no llegan. Tanto me gustarían que sé que no van a llegar.

2 comentarios:

Empty Zone dijo...

tu entrada de hoy me recuerda un poco a un poema de mario benedetti
creo que se llama hombre que mira más allá de sus narices
o algo parecido =) léetelo y dejate de seguir con la sintonia de esta entrada.

Somnolencias o insomnios que nos cuestan compartir. Creo que irá por épocas como nos dé por mirar y hacer las cosas.


Arf, ya hablamos...chica-almendra-fea.

R dijo...

Las verdades, siempre que existan, no tienen porque ser siempre dolorosas. De todo se puede sacar algo positivo y enriquecedor.

Cuídate Brempita.