miércoles, 13 de julio de 2011

Las ansias de información nos invaden desde que somos bien pequeños. Algunos adultos nos dicen que ese sentimiento recibe el nombre de curiosidad, pero conforme crecemos el término cambia, se transforma e incluso llega a deformarse. Mis dedos han sido rápidos estos últimos meses, y en las palabras encontraba un alivio que en realidad era inútil, excepto en los momentos en los que me topaba con un comentario de aliento y mis labios se curvaban ligeramente.

Ahora estoy optando por un silencio más calmado porque esa curiosidad púber puede alcanzar límites insospechados de avaricia que yo no quiero alimentar de ninguna manera. Si algo he aprendido en este agitado 2011 es que con mi vida me es suficiente, y no necesito meterme en la de ninguna otra persona, salvando las distancias con las vidas de aquellos que amo, claro. Pero amar no tiene nada que ver con la hipocresía de la que hablo.

Podemos aparentar que tenemos una vida que nos satisface. Que somos felices. Estamos saciados. Contentos. Llenos de dicha por nuestros días y las personas que nos acompañan y que incluso nos colman de regalos. Sin embargo, nuestros tobillos sangran cuando nos damos cuenta de que cojeamos. Que no somos tan felices, ni estamos tan satisfechos con nuestra vida. Que necesitamos que otros nos cuenten sus miserias para sentirnos mejor, o descubrir las miserias de aquellos otros de manera furtiva, y fingiendo delante de la gente que somos autosuficientes.

Es terrible el temor a estar solo y taparlo con fingida perfección y una perversión gélida. Pero peor es dañar a las personas y desearle el daño a otras... para acallar a tus demonios más oscuros. ¿Sabes qué? Que ya no te voy a dar lo que piden tus falsos ojos.

2 comentarios:

Ogro dijo...

Yo... yo dejo que vivan dentro. Son parte de mí, soy vergüenza y maravilla, como casi cualquier persona, y no necesito más que, simplemente, no hagan mucho ruido cuando coman.

Porque a fin de cuentas no soy tan malo, ni tan bueno, ni tan normal ni tan especial tampoco.

Soy lo que soy. Tal vez un demonio con alas blancas; un ángel con colmillos.

Un beso, mi pequeña :)

Lacasito dijo...

Una actualización maravillosa <3
no tengo más que añadir, porque esta completa mire por donde se mire :)

saludos!