miércoles, 20 de julio de 2011

Podría untar mis dedos de maravilla y así ser eterna. Cuando por fin encontré mi camino me dije que quería que mi vida se basara en hacer sentir a la gente. A ratos siento que es una profesión inútil, porque no curo, no arreglo divorcios, no entrego cuentas, no satisfago a la sociedad de una de esas necesidades imperiosas que nos acosan. Pero luego pienso en qué sería de nosotros sin el sentimiento y el mundo se me antoja enteramente mío.

Puedo mover los hilos de una existencia imaginaria que actúe como un reflejo de la propia. Quiero arrancar de cuajo la piel del pecho de quien me escuche y me vea, y llegar hasta donde puedan llegar las palabras y los sueños. El tiempo corre en mi contra cuando observo que las maravillas despuntan temprano. Pero yo no sueño con ser maravillosa, sino con poder crear una fascinación transparente y capaz de eclipsar almas similares a la mía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es el sueño más noble que jamás se pueda tener... Y desde hace algún tiempo sufro síndrome de abstinencia por falta de metáforas, así que quizás puedas ayudarme :)

Ogro dijo...

Sí eres maravillosa y maravilla. Te lo digo yo, que lo sé desde hace años.

:)