martes, 28 de agosto de 2012

·14 de marzo de 2010·


Hablan de sueños. De sueños de verdad. De esos que se consiguen. Desde siempre este afán mío por ver cine y todo lo que se le parezca acaba por destruirme cuando pienso que por qué yo no. Desde pequeña. Alimentarme de sueños hechos imágenes que son falsos, pero que a su vez disfrazan el que realizaron todos aquellos actores. Actores o héroes, gente con suerte, valientes, constantes, afortunados. Qué más da. El caso es que esta sensación es maravillosa y por eso me alimento de que un día lo conseguiré yo. Crearla, llevarla a cabo, sentirla. ¿Ilusa? Puede que sí. ¿Sincera, temperamental, dramática y tremendista? También. Pero aunque sea poco a poco y dejándome la sangre voy a intentarlo... Por intentarlo que no quede, ¿no? Eso dicen. Seguro que eso dijeron, o decían, cuando sus padres los llevaban a cástings, o eran ellos, o simplemente tenían una cara perfecta para la imaginación del director. Por intentarlo que no quede. Y por poner toda la sencillez de la que sea capaz en la película más inquietante que pueda hacer nunca, también.


¿La mía? La mía.
Siempre es más agradable cuando tienes una determinación.

No hay comentarios: