martes, 29 de mayo de 2007
Empápate de mi ilusión; moja tu percepción en mi forma de mirar, ahógate en el océano de mis palabras sin sentido, sumérjete en la manera de mantenerme atada a ti.
Enférmate de mi seriedad; esgrime frases capaces de sacarme de ella, pide a gritos que te devuelva a la vida con un efímero e intenso chispazo.
Embriágate de mi cuerpo; recórrelo sin aliento centímetro a centímetro, vaga por mi piel palpitante, suplicando ser arrancada.
Susúrrate mis palabras encendidas en lamentos; chilla en sueños mi nombre y contémplame a tu lado al despertar turbado.
Recuérdate que debes recordarme; quédate con mi figura, con mi paso vacilante perdiéndose entre las brumas de tu subconsciente.
Pero... hazlo ya. Memoriza, memorízame. Porque hoy será el primer día en que mi imagen se convertirá en recuerdo.
Aunque el viento seguirá soplando...
miércoles, 16 de mayo de 2007
La luz era insuficiente, pero yo seguía. Seguía mi estómago rugiendo y seguía yo mordiéndome el labio inferior, aún enervándome para buscar el punto exacto.
Destrocé con ansiedad los tubos de pintura, los ahogué, les quité vilmente la vida.
Clavé mis desgastadas uñas en los pinceles. Llenos de colores dispares, acabé descoloriéndolos.
Mi mirada seguía fija en el lienzo, atenta a cualquier cambio indeseado, felina.
Por un momento, voló al espejo que adornaba la burda pared.
Y me vi. Sin evitarlo, me vi reflejada en el cristal.
Aparté la mirada y lancé el maletín de madera contra él.
El ruido de los cristales al caer, muriendo en pedazos homicidas, se mezcló con mis carcajadas.
Y seguí pintando.
Con cada pincelada, descargaba sentimientos enterrados en mi subconsciente durante muchas lunas; se agolpaban unos contra otros para ver cuál salía primero. Cuál huía de mí. Pero yo los ignoraba. Ahora, sólo me importaba el lienzo que reposaba en mis narices, burlón, retándome a dejarme la vida si era necesario.
¡No, no, no! Algo le faltaba.
Exasperada, recorrí toda la estancia. ¿El qué? ¿Qué le faltaba?
Me paré en seco cuando me di cuenta y sonreí.
Era tan sencillo...
Me agaché, y la bata rozó el suelo. Cogí un pedazo de cristal.
Y, ahora sí, pinté el toque borgoña que le faltaba a tus labios.
Sonreíste.
Y la sangre se mezcló con mis carcajadas.
Allí, mientras el sol brillaba riéndose de ella, dejó los anhelados restos de su infancia guardados bajo la llave de su dolor. Un dolor que había conseguido desquebrajar su corazón, convirtiéndose en algo frío, algo que seguía latiendo de una forma banal.
Tendida, arropada únicamente por sus lamentos, acarició la hierba que la rodeaba, rememorando que hacía apenas unos minutos había estado acariciando otra piel. Una piel a la que le gritaba en su fuero interno que volviera. Que no podía seguir sin sentirla.
Sin él.
Por un efímero instante, gracias a un rayo de sol que se coló entre sus manos, garras que cubrían su cara, iluminando una clandestina lágrima, volvió atrás. Mucho más atrás de lo que cualquiera hubiera retrocedido.
Se acordó de los cuentos de hadas de su niñez, los que aún seguían en su estantería, cogiendo polvo, invitándola a soñar con un mundo que le había sido arrebatado mientras otras puertas, más atrevidas, se abrían. Rememoró esa simple y compleja varita mágica, venerada, envidiada durante tantos años por todas las mentes que devoraban con avidez esas páginas. Y, quizás por última vez, deseó tener una entre sus manos.
Y, mágica y tristemente, desaparecer.
Pero, ¿por qué? ¿Por qué las lágrimas seguían asediando su rostro sin piedad?
Inconscientemente, rozó sus labios con las yemas de los dedos. Tan cerca su olor… tan lejos ahora.
Había luchado. Había ignorado las voces que le repetían que no iba a salir bien. Pero ella siguió. ¡Diablos, siguió luchando!
Pero todo fue inútil…
Al menos, eso era lo que le decían las pisadas que seguían marcadas en la hierba. Grabadas a fuego en su memoria. Punzantes, ponzoñosas. Ansiando cicatrizar.
Pero ya era tarde…
El sol se fue. Un lúgubre manto gris cubrió el parque donde ella seguía tendida. Las pisadas seguían resonando en su subconsciente. Creyó enloquecer.
Y así, poco a poco, fue convirtiéndose en lo que fue y creyó dejar aparcado en un recoveco de sus recuerdos.
Su príncipe se había ido, sí.
Pero ella seguía teniendo la varita mágica en su haber.
[...]
Escrito ayer, a partir de la frase entre asteriscos. Fue una especia de Juego.
No soy consciente...
lunes, 14 de mayo de 2007
Ya Mayo
¿Hasta cuándo? ¿Lo sabes tú?
Porque yo, no.
[...]
- ¡Qué poco sabes!
- Tan poco
que te siento y no te entiendo,
pues no entiendo tus palabras,
y tus bofetones siento;
si no te quiero te enfadas,
y enójaste si te quiero;
escríbesme si me olvido,
y si me acuerdo te ofendo;
pretendes que yo te entienda,
y si te entiendo soy necio.
Mátame o dame la vida;
da un medio a tantos extremos.
miércoles, 2 de mayo de 2007
Orgullo TAL y TAL [II]
Porque TAL y TAL volvió, señoras y señores. Con una obra mucho más seria, pero mucho más currada.
Tarde de miedos. De repeticiones interminables del texto. De ensayo. De maquillaje apresurado. De ausencia de calzado xD. De dedos cruzados. De besos. De 'mierdas'. De bombones caducados. Y de alegría; alegría pura y dura.
De nuevo, magnífico, estupendo, maravilloso, acojonante...!
¡¡Genialoso!!
1. Quedamos en mi plaza. Eila se olvida no-sé-qué-cosa y tenemos que esperarla. Hana y Elvira gritan en la lejanía de la parada del bus, pero las ignoramos. Buscamos un cacho de sombra, y a la espera de nuestra Nerat egipcia [Eila], hablamos sobre lo que nos depara la tarde.
2. Cogemos el bus tarde y llegamos, para variar, tarde. Los demás ya están allí. Olga en sus controles, probando focos. Entramos y parece que el teatro se nos cae encima. Qué enorme.
3. Dejamos las maletas en los 'camerinos' En teoría, uno masculino y otro femenino pero que acabarían siendo los dos propiedad nuestra, juntos pero no revueltos, cofcof. Eila y Eliana desaparecen misteriosamente.
-¡¡Eilaaaaaaaaaaaaaa!! ¿Ande estaaaaas?
4. Eila y Eli aparecen [estaban en el baño xD] y comienzan las egipcias a bailar su baile, válgame la redundancia. Los demás nos sentamos y observamos cuales inocentes espectadores.
5. El baile resultó ser ensayo. Así que ensayamos la obra de un tirón. No muchos problemas, sólo nervios. ¡E inseguridades!
6. Acabamos de ensayar, las 6 menos algo, el tiempo ya nos acuchilla. Miramos cómo tendremos que cambiar la escenografía y nos acojamos un poco, la verdad. Establecemos pautas que luego serían olvidadas completamente. Pero, ¿qué sería del Teatro sin la improvisación?
7. Esta vez me perdí la parte "Críticas de Olga. Críticas de Olga. Críticas de Olga" Porque apenas hubo. Sólo nos echó la bronca [que yo, por cierto, no estaba. Estaba dentro haciendo el lujoso calendario con papeles en sucio y permanente gordote negro] por que no teníamos ni bombones ni champán. Pero los tenía Jenny, quien estaba acompañándome en nuestra obra de arte.
8. Colgamos decorados. Los más altos se suben a las sillas y los cuelgan con imperdibles. Aún me pregunto qué hacía yo colgando uno con mi estatura. Encima casi me caigo, juas.
-Gabriel, cógeme que me escoño. ¡Gabriel! ¡¡CÓGEMEEEEE!!
9. Vestuario. Maquillaje. Tatatatán! Y ahí viene mi problemón: estoy sin calzado. Tendría que llevar botas y no hay botas. Para colmo, el calzado que llevé yo, unas converse falsas bien guarritas, no concordaban con el vestido marrón largo y elegante de mi personaje. Al final, tengo que llevar las de la directora, quien me intercambia el calzado. Calzo un 40-41 y me embuto en un 36. ¡Con un par! Hasta Eva del PIEE salió a buscar entre el público, quienes ya había entrado, botas para mí.
10. Asomo la cabeza pro el telón, como es costumbre. Madre! Mis amigos-simpáticos-todos, se sientan en primera y segunda fila del lado izquierdo, justo para ver como hacía el ridículo fumando en la pipa. Ya les vale a estos degenerados.
11. Nos arrejuntamos todos en un estrecho camerino. ¡Manos! ¿Ya?
-¡Mierda, mierda, mierda!
PD: Empieza lo bueno.
12. Debemos prepararnos. Todos a sus puestos, preparados o no. La música suena. Nuestros estómagos se contraen. La gente guarda silencio. Pensamos que los latidos de nuestro corazón harán estallar nuestros tímpanos. Alguien tose.
13. Telón. TAL y TAL sobre el tablado. Dando todo lo que sabe.
14. Un 14 sería imposible de explicar. El 21 de Mayo más. Vedlo, y me entenderéis.
Y no mucho más. Mil gracias a ese elenco:
~Eila, Claudia, MariLuz, Laura, Sergio, Abel, Elvira, Eliana, Hana, Gabriel, Jenny~
O, ateniéndonos al estupendo guión...
~Nerat egipcia, Rania egipcia, Bermegat egipcia, Mastach egipcia, Ono, Asuán, Médium[Bermegat segunda], Mastach segunda, Sail, Nerat segunda~
Ni millones de palabras saciarían lo que siento a vuestro lado. Porque esto va más allá de una relación profesional, por así decirlo.
Gracias a vosotros, por encenderle la sonrisa a esta irónica Rania segunda. Por abrazarme. Por animarme.
Porque al oír Tal, acompañado de otro Tal o por separado, se me encoge el corazón de pura felicidad.
Y, para finalizar y ponerle el broche de oro a esta inexperta crónica, gracias por infinito al público.
Dios mío. No os podéis imaginar lo que se siente viendoos, oyendo vuestros aplausos, oyendo vuestra prófugas risas. Sintiéndoos.
Con eso se olvidan meses de ensayo y broncas. Meses de querer tirar lo toalla. Gracias a vosotros, eso se olvida.
Porque aunque suene a peloteo, es la jodida verdad.
Lo mejor: repetiremos dentro de un par de semanas.
Hasta entonces, reviviré un 2 de Mayo cargado de sonrisas cada vez que tenga frío.
Por un sueño más cumplido. Por una ilusión que llega a su destino.
Un rebuzno de esta adicta al Teatro.
lunes, 30 de abril de 2007
Lo conseguí, hermano
I got life, mother
I got laughs, sister
I got headaches and toothaches
And bad times too
Like you
I got my hair, I got my head, I got my brains,
I got my ears, I got my eyes, I got my nose, I got my mouth,
I got my teeth, I got my tongue, I got my chin, I got my neck, I got my tits, I got my heart, I got my soul, I got my back
I got my arms, I got my hands, I got my fingers, got my legs, I got my feet, I got my toes, I got my liver, got my blood
[Chorus]
I got life, mother
I got laughs, sister
I got freedom, brother
I got good times, good time man
I got crazy ways, daughter
I got million-dollar charm, cousin
I got headaches and toothaches
And bad times too
Like you...
I got my hair, got my head, got my brains, got my ears, got my eyes, got my nose, my mouth.I got my teeth
I got my tongue, got my chin, got my neck, got my tits, got my heart, got my soul, my back
I got my arms, I got my hands, I got my fingers, Got my legs, I got my feet, I got my toes, I got liver.
Got my blood
[Chorus]
I got my arms, I got my hands, I got my fingers, Got my legs, I got my feet, I got my toes, I got my liver.
Got my blood
Got my guts
Got my muscles
I got life, life, life, life
LIFE !
*Con ganas de miércoles*
domingo, 29 de abril de 2007
Lágrimas

Y una tercera...
Y una cuarta...
Creí enterrado este tema. Pero no. Sigue retorciéndome el corazón. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que me lo arranque, quizás?
Y, de nuevo, una palabra...
Estúpida, estúpida. Ingenuamente estúpida.
Porque muchas veces, aunque creas lo contrario, la amistad no es un alma que habita dos cuerpos.
Y me duele.
Pero 'déjame'
Así que lo dejo. Pero yo estoy muy feliz, ¿eh? Por eso la foto, por eso el título.
Porque estoy tan feliz que lloro.
"Hablando pronto y mal"
Putos domingos. Empiecen como empiecen, tiene que acabar todos iguales.
Teriblemente tristes.
Y sólo un susurro: A tomar por culo conmigo.
viernes, 27 de abril de 2007
Vuela, vuela...

Siento tener que dedicar parte de mi blog y de mi tiempo a este... ¿asunto? ¿equivocación? ¿ingeniudad? ¿recitificación?
En fin, sea lo que sea...
Espero que ese 'anónimo' no se atreva ni a oler mi blog. Nunca más. Ni opinar ni leches, ya que suficiente opina por detrás. [¿Qué sonido hacen los zorros? Es el sonido que, según él, tendría que estar emitiendo día tras día]
Pensé que eras de otra manera. Pensé que no harías esto.
Pero me equivoqué contigo, a pesar de que, al principio, luché contra eso. No quise aceptarlo hasta que la verdad me explotó en la cara.
Me siento terriblemente decepcionada. Y pensar que mi amistad fue tuya...
Tantas cosas se dicen que no son ciertas, ¿verdad?
Lo que más siento es tener que llegar a estos extremos para decir esto. Pero a alguien que me gira la cara sin motivo argumentativo, no puedo transmitírselo de otra forma.
Lo dicho, que no te vaya bonito, que te vaya de muerte.
[BSO de Hair - I Got Life. Esta canción me encanta desde que la oí por primera vez]
martes, 24 de abril de 2007
Un alto en el camino

Francia 'o7. Poitiers, Futuroscope, Biarritz... Genialoso [en la foto, no se me ve. Así que foto estupendosa x)]
Suspiros y muchos abriles como éste...
sábado, 14 de abril de 2007
Abril
metida en ese viejo abrigo gris?
Si nadie espera en la casa, ¿para qué llegar?
Sin rumbo, aburrida, cansada de trabajar?
¿Dónde están los buenos amigos que nunca se iban a ir?
¿Los besos que por la noche te hacían volar?
¿Los labios que siempre decían sí?
Maldito abril, maldito abril, maldito abril.
Sólo viene a recordarte que ya no eres feliz...
¿Dónde vas?
Cruzas, sin prisa, las calles de tu barrio gris.
El príncipe azul fue marrón y no quiso llamar:
Ahora, el espejo escupe toda la verdad.
¿Dónde están las noches sin pastillas para dormir?,
¿Las penas que solo eran penas para los demás?,
¿La colección de promesas por cumplir?
Maldito Abril...
jueves, 12 de abril de 2007
Y ahora viene el 'tac'
Pero no puedo ni siquiera actualizar el blog...
No tengo ganas ni de eso. A pesar de que hoy haya recibido alegrías, aquí estoy, reprimiendo a mis lágrimas que las muy rudas quieren volver a rebelarse.
Ni siquiera puedo hablar con nadie. No me veo capaz de volver a fingir; me daré una noche de descanso, sólo una.
Hay veces que el tiempo pasa demasiado rápido; veloz como nadie, impidiendo que aspires siquiera su aroma, negándote segundos que debes recobrar después. Invitándote a anhelar cada minuto que has vivido con intensidad pero que ha sido tan efímero, desafiándote. Sin darte un respiro para tomar aire y mirar al frente. Decidir qué vas a hacer. Pero, ¿qué más da? El tiempo está volando, desplegando sus alas violetas en el aire, y a ti te gusta. Si te gusta, ¿por qué no coger este tren y pararte en la estación más cercana? Un viaje no provocará que te desvíes de tu monótono camino, rodeado de vallas que te impiden poner un pie lejos de tu territorio.
Si te gusta, ¿por qué desperdiciarlo lamentándote porque, en ese momento, no te ha dado tiempo a saborear el dulce fruto que se te ofrecía?
Otras, el tiempo pasa lento. Tan lento que cada segundo se te clava como una astilla afilada y envenenada, que se va encargando de que agonices hasta no poder más.
No obstante, hay veces que el tiempo no pasa para ti. Hay instantes en los que cierras los ojos y tu reloj se para, dejando que sólo marquen el ritmo los latidos de tu corazón.
El tiempo es el que te cojerá la mano cuando expires. Si tu mueres, él morirá contigo. Ambos compartís una condena que os mantiene esposados mutuamente. Os gustéis o no, viviréis juntos hasta que algo que no acabo de comprender se apague.
Quieras o no, a él debes agarrarte para olvidar a aquella persona.
Para sanar de tu locura...
No quería llegar aquí, pero es lo único que me ocupa la mente ahora.
¿De qué sirvió hacer lo correcto?
El nudo de mi garganta sigue aquí, pero esta vez no me deja respirar. Tampoco estoy segura de querer seguir respirando.
Tú estás bien, has sanado. Aquí la única enferma mental que queda soy yo.
Y sé que no volverás a leerme. Jamás te volverás a interesar por el dolor que estoy volcando aquí. Dolor que me corresponde, por todo lo que te he hecho pasar, por todas las macetas que he estropeado regándolas demasiado. Encharcándolas. Matándolas.
¿Y de qué me quejo? Es lo que quería, ¿verdad? Irme con las manos vacías. Autocontrol. Pero tú no lo aprecias y quizás eso es lo que más me duele.
¡Joder! Ni siquiera puedo impedir que esa salada agua asedie mi cara. Pero me da igual. Ya me da igual.
Y, aún así, sigo dedicándote estas líneas que serán llevadas por el viento sin piedad. No servirán de nada, tan solo para perturbar a alguien que consiga empatizarse con esta idiota sin remedio.
Igual que tus palabras, tus promesas, tus miradas. Se las llevó el viento. Ya no me queda nada. ¿Y a ti? ¿Qué te queda? ¿El consuelo de pensar que ojalá no hubiera irrumpido en tu vida, haciendo chirriar la puerta del modo equivocado?
No sé qué o a quién odiar. Pero necesito marcharme.
Y lo peor es que tendré que guardarme esto siempre, siempre. Para ti y para todos.
La niña que quiso jugar con dos caramelos a la vez se quedó sin dulce porque ella quiso. Pero le duele. Y la niña sabe que no hay remedio. El caramelo se volvió amargo en cuanto la niña intentó con un dedo tembloroso arrancarle el envoltorio.
Y, ahora, la amarga es ella.
Sé que nada de lo que habéis leído, si aún alguien sigue interesándose por estos inútiles arrebatos, tiene sentido. Pero me invaden caóticas sensaciones que me oprimen el pecho. Y mis dedos son los únicos capaces de transmitir esas sensaciones.
martes, 3 de abril de 2007
Sentimiento difuso
Uno de esos días en los que abro los ojos para mirar en derredor y descubrirme, incrédula, agazapada en un triste rincón.
Me siento totalmente fuera de lugar. Sin brazos, sin piernas. Sin nada con lo que agarrarme a otra oportunidad. Sin palabras de apoyo para salir adelante. Sólo con el dolor que rechazar esas palabras en su momento me ha producido.
Y sé, lo sé, que no será la última vez.
Así que ahora sólo me queda perderma en las brumas de mis recuerdos que, aunque cada vez que acudo a ellos me acuchillan ignorando mis alaridos de dolor, son los únicos que me son fieles de verdad. Los únicos que siento cerca.
El único abrigo que me queda en la frialdad de mi noche sin luna.
Noto un escalofrío inconfundible y un susurro que atenaza mi oído.
...Inspiración...
Inspiración sólo me visita cuando nadie más quiere hacerlo. ¿Suerte o desdicha? Inspiración lo sabe, pero no quiere decírmelo.
Intento cambiar de postura, como ellos me dicen. Pero soy así. Soy así y no quiero cambiar, aunque quiera pensar que sí.
Vago por el pantano de mi mente durante horas. Horas que se hacen días. Días que paso en la pequeña choza cenagosa que conservo para estas ocasiones. Días esperando que el sol me alumbre de nuevo, devolviéndome a la cordura de pisar el suelo y sentirlo. La cordura de ver y poder mirar.
Pero el Sol no hace su entrada triunfal... Sin embargo, hace calor. Pero tengo mucho frío. Y no hay nadie capaz de darle un puñetazo a mi corazón para que el hielo se desquebraje y pueda otra vez respirar. ¿Habrá alguien? Quizá ese Alguien tiene mejores cosas que hacer.
Hoy es uno de esos días en los que las lágrimas se colorean. Y tras su rastro escriben palabras que duelen y me martillean día y noche, día y noche.
Así me dejan, intentando borrarlas hasta que desisto, dándome cuenta de que tienen toda la razón.
Ellas, y no yo. Vosotros, y no yo.
Y sueño con que un día alguna de esas personas que me cambian de tema cuando intento abrirme a ellos, que me preguntan que qué tal estoy hoy por pura rutina, no por interés... esas personas que alardean de conocerme pero no tienen ni un ápice de razón... Sueño con que esas personas lleguen a bucear en mi dolorido corazón y se den cuenta de que lo tengo. ¡Sí, sorpresa! Siento, padezco, sueño.
Pero el miedo engulle al sueño con su fría garra sin darle tiempo a pedir clemencia. El miedo que me susurra con malicia que a esas personas no les interesa saber cómo soy. Y tiene razón. Me temo que tiene razón.
Él, y no yo.
Escrito el 14 de Enero de 2007. ¿Por qué volver a escribir lo que ya se ha sentido?
domingo, 1 de abril de 2007
Las vueltas que da la vida

miércoles, 28 de marzo de 2007
Atisbo de libertad
Es miércoles y eso significa que me puedo tocar la barriga todo lo que quiera y más hasta después de las vacaciones [que se prevéen, por cierto, bastante aburridas. Vuelvo a ser de las únicas que me quedo en casa]
Me fijé poco en la naturaleza pero era bonito el sitio. Sobretodo el aire. Ese sí que se puede respirar.
Hoy he hecho un examen de física horroroso. He metido parrafadas sin sentido y en los problemas he hecho mil cosas que luego no serán válidas. Me dedico una ovación. Era el último, si saco el protón de la cosa.
Esta tarde pienso no hacer nada de provecho. Y dormir mucho, mucho.
Una canción: Primavera del 87 [La Fuga, Mi Fuga]
Un libro a punto de engullir del todo: Luna Nueva.
Un sentimiento: Por fin, sosiego.
Yéndome a teatro, absolutámente sin ganas.
Esta noche, seguramente, giraré de nuevo la oxidada llave.
miércoles, 21 de marzo de 2007
Primeras veces
Recuerdo... el primer recreo en la escuela primaria. Estaba totalmente eufórica. Era mayor... Recuerdo la sensación de salir al recreo y sentirme pequeña, sí, pero ya me había hecho mayor.
Recuerdo... el primer derrumbamiento delante de la gente, el primero que no pude evitar. Un incierto catorce de febrero en el que el amor no tuvo nada que ver. Aún sigue palpitando en mi piel como una herida abierta, en carne viva que, de momento, no acepta cicatrices.
Recuerdo... el primer 'TKM' internetizado. Lo recuerdo, pero no consigo recordar el primer te quiero que escucharon mis oídos. Aunque pueda imaginarme de quién fue...
Recuerdo... la primera vez que sentí la nieve resbalar por mi cara. Sonreía y tiritaba de frío. Pero sonreía.
Recuerdo... El primer relato medio-largo que conseguí acabar. Poca cosa, pero finalizado. Esas cartas no las voy a olvidar ni aunque quiera. A pesar de que las empezara a escribir en un intento en vano de desahogar mis penas y buscar descanso en el olvido.
Recuerdo...
Recuerdo que he de irme. Y que son demasiado recuerdos de primeras veces para soltarlos todos de golpe. Habrá segunda parte, algún día quizás.
lunes, 19 de marzo de 2007
Charlando con mis ojeras...

Mañana por fin vuelvo a entrenar. Hockey de nuevo.Qué ganas de descargar adrenalina, a pesar de que el tiempo se me venga encima, ahogándome de nuevo.
***
Ayer me volvieron a visitar las Musas. Después de mucho tiempo se acercaron, cautelosas, a susurrarme al oído. Pero soy incapaz de volver a escribir. No puedo. No... ¿quiero? Confío en que algún otro día mis dedos vuelvan a volar veloces sobre el teclado, transformando mi imaginación en palabras que de verdad valgan, no como las tonterías que publico aquí, delirios venidos directamente de mi enrevesada mente adolescente, que sin duda casi nadie lea y aburra a ese 'casi'. Pero, ahora mismo, lo veo tan difícil.
No tengo ganas ni de escribir, cosa que antes consideraba como una terapia.
¿Sabéis qué? Que me voy a leer. Dejo de estudiar y de hacer el condenado trabajo. Mañana será otro día... [día que estará azotado por el zierzo, a quien casi ya se le echaba en falta] Por cierto, también es el día en el que me voy a desprender del Lazarillo de una vez por todas. ¿Veis que positiva soy? Ya he sacado una cosa buena.
Así que me voy a devorar el libro que me tiene consumida, esperando que sea el único momento del día en el que me sienta libre.
...Madre mía; releo la entrada y parece que lo haya escrito una pastillera malhablada. Bueno, supongo que tiene que haber entradas de todo tipo. Hoy me siento así, y así queda marcado aquí. El único testigo de lo que me ronda todos los días, mi desván.
Menos mal que el fin de semana volaré del nido a perderme entre la montaña. ¡Casi puedo oler ya a naturaleza!
miércoles, 14 de marzo de 2007
Miércoles lunático
Hoy volví a ver La Sirenita, después de muchos años sin verla entera. Y me resultó curioso atender bien al contenido de la letra de las canciones, de pequeñurria, no debí prestar atención porque me han sorprendido. Pero, sin duda, me quedo con una.
Esta mismo que os voy a dejar aquí, una que cantaba por el pasillo de mi casa sin descanso, con bailes, entonaciones y todo, cuando me veía ocho veces a la semana la peli.
[Gracias Cian, mi mor, mor]
Y recalcar esta parte de la letra:
Eso no importa, te ves muy bien
No olvides que tu belleza es más que suficiente
Los hombres no te buscan si le hablas
No creo que los quieras aburrir
Allá arriba es preferido
Que las damas no conversen
A no ser que no te quieras divertir
Verás que no logras nada conversando
Al menos que lo pienses ahuyentar
Admirada tú serás si callada siempre estás
Sujeta bien tu lengua y triunfarás, Ariel
Eso me ha sorprendido sobre todo. ¡Vaya letra! Muy educativa. Pero, aún así, no deja de ser una de mis canciones favoritas. Sobre todo la parte en la que la bruja Úrsula utiliza un sarcasmo genial:
Úrsula: Lo que quiero es tu voz.
Ariel: ¿Mi voz?
Úrsula: ¿Qué comes que adivinas?
Casi me da un ataque de risa al escuchar la frase esta tarde. Sé que esta frase va a pasar a formar parte de mi repertorio. Da gusto volver a ver estas películas con otra mente, otro punto de vista, captando lo que solo los 'adultos' podían captar cuando a mí se me caía la baba delante de la televisión con la voz de Ariel.
Y esta canción me ha llegado [¿se nota mucho?] Seh, me van las malvadas. Será porque siempre me toca interpretar a una...
***
Y la semana sigue. Siguen los exámenes y los trabajos. Y sigue este enorme frenesí. De momento, voy a poder yo con él.
Novedad: la alergia da paso a un enframiento muy a tono ahora con la época de estudio. Eso solo me podría pasar a mí...
Así que ahora me iré a enterrar entre las mantas para ver si así el sueño me dura más. Y, por supuesto, me tomaré el famoso ¡Ibuprofeno!, para todo tipo de dolores, molestias y picores (dicho con voz de anuncio)
Como se puede observar, hoy me tocó día de desvaríos. Mejor eso que los lamentos que me invaden casi siempre que escribo. Además, hoy en teatro pude relajarme y tomarme un respiro, a pesar que no todos los ejercicios se me arrodillaran. En fin, ya conseguiré hacerme con ellos.
En el tren de: ¡Estudio, estudio, estudio!
...y Lazarillo.
Cosida a una canción: (bueno, en realidad a dos) Voy a hacer un hombre de ti, BSO Mulán [sí, Disney sigue conmigo]y De qué te ha servido, Barua.
Un sentimiento: Cansancio físico y mental.
Sin besos, hoy os deseo Sueños de papel y algodón...
[Soñadora Empedernida y algo idiota]
lunes, 12 de marzo de 2007
Quién dijo...
¿Quién fue? ¿Fuiste tú?
No recuerdo quién fue, pero ahora me estoy acordando de él minuto a minuto...
Se nota que ayer fue domingo. Su huella se ha quedado en el lunes grabada a fuego.
Me acosté, como de costumbre, a eso de las dos. Toda la casa dormía, y yo estudiaba con la mente en otra cosa, mientras se empezaban a hacer notar los ronquidos de mi hermano.
La mañana transcurrió tranquila, demostré lo patosa que soy y lo mal que se me da el basket en educación física y lo demás se me pasó volando.
Pero la tarde... Lo recuerdo y, de nuevo, se enciende el dolor.
Me eché una señora Siesta, de dos horitas, hasta que mi madre volvió. Hoy es su cumpleaños, y quise ser más pesada que de costumbre con ella, así que, a falta de otro regalo que está por llegar, la cansé a besos.
Cuando me senté a hacer deberes, estuve calculando las kilocalorías que me dan en un día. Siendo preocupante el resultado que me daba, lo repetí mil veces y mi madre aprovechó para echarme en cara que no había comido segundo plato.
No le reprocho nada, dice que a veces no como, y en parte tiene razón...
Cuando ya había pasado dos horas con la espalda encorvada y haciendo el trabajo del Lazarillo, que menos mal que su autor es anónimo que si no lo mencionaría en mis juramentos a diario, me sorprendí a mí misma deseando morirme y dejar todo sin hacer.
En serio, a poco me doy una bofetada mental. Siempre estoy luchando con las mentes que dicen que se quieren morir, sin apreciar lo que tienen, para que ahora lo diga yo.
Como otro sabio dijo alguna otra vez...
Vamos, no me jodas.
Así que a eso de las nueve y media me senté en la cama y me dejé ir otra vez. Me encerré en mí misma y estuve tentada de tirar el reloj y no mirarlo nunca más. Quise correr, de nuevo, quise huir. Pero no puedo. Estoy maniatada a la rutina. Sería tan inútil si la rutina me dejara... Tanto quejarme de ella y, seguro, que si me abandona, estaré perdida. Más perdida aún, quiero decir. Con la mirada fija en algún punto que escapa aun a mi percepción, comprendí que si estas semanas de exámenes y demás no acaban conmigo, lo hará mi espalda.
Dios, cómo me puede doler tanto la espalda...
Y volví en sí con el grito de la cena. Tuve que despegarme de mi mundo y asegurar bien el nudo del hilo que me sigue uniendo a él. Si un día lo dejo ir, yo también tendré que irme con él.
Casi mejor que dejara aparcada mi nube, porque, de nuevo, he empezado a pensar que todas las ilusiones y sueños que conservo nunca dejarán de ser eso, ilusiones y sueños... y me temo que, como este blog indica, todos rotos. Pero bueno, eso son cosas que merecen una entrada entera, y no quiero estropear esta, insulsa como la que más, con lamentaciones que estén fuera de lugar.
Ahora me encuentro aquí, aporreando el teclado como siempre cuando me desahogo. Tengo ganas de dormir, pero sé que mi insomnio me lo seguirá impidiendo en unas horas, haciendo que mis ojeras crezcan.
¿Qué me deparará el martes? A parte, claro, de más agotamiento y sueños acumulándose... Pronto no cabrán en el desván.
Un suspiro de esta Soñadora Empedernida.
PD: Y qué dolor de vida...
jueves, 8 de marzo de 2007
sábado, 3 de marzo de 2007
Junto al anochecer
Porque mientras decenas de grupos subían y bajaban la cuesta del parque para hacer botellón, ahí estábamos nosotros, asomados a un mirador y contemplando como la noche se iba cerrando poco a poco encima de nosotros.

Lamentando que el paisaje estuviera salpicado de grúas y edificios dispares, nos quedamos por un momento en silencio, absorbidos por la imponente y relajante belleza de la poca naturaleza que teníamos a nuestro alcance.
Unos cuantos pinos, y carretera.
Pero ese cielo...
Con ese cielo se podía disculpar todo.
Soy una sensiblona, lo sé. Pero me es irresistible.
Así que, aprovechando la situación, saqué un viejo céntimo de mi bolso y lo fui posando en los labios de todo aquel que quisiera.
"Pide un deseo..."
Y lo han pedido.
Después, he tirado el céntimo todo lo lejos que he podido. Una monedita sin valor para algunos, pero con mucho valor para mí.
Cayó ladera abajo conteniendo los deseos [menos el mío, que me he abstenido de pedir nada], encerrando un secreto que solamente él sabrá.
Espero que no se cumpla lo que ha dicho Álex [mientras ambos pensábamos en pensamientos] y no sea comido por un zorro.
Así que cuando la magia del momento se había consumido, tuvimos que abandonar ese emblemático mirador, al que, seguramente, cada vez que nos acerquecemos rememoraremos ese momento.
Y ese cielo. Esa compañía.
Gracias por ese sábado distinto. La mejor terapia que pudiera necesitar.
***
Por ese encuentro furtivo en el paso de cebra.
¿En serio es quien creo que es?
...Cuando menos te lo esperas.
Espero que se repita, no quiero estar otros seis meses sin verte.
Me enfrento al cruel y despiadado domingo, ¿por qué me gustarán tan poco?