lunes, 30 de junio de 2008
martes, 24 de junio de 2008
domingo, 22 de junio de 2008
miércoles, 18 de junio de 2008
Sigues empeñándote en hacer las cosas a derechas, pero cada vez más cansada, con más turbulencias por dentro causadas por la regresión inminente. Acabas por dejarlo todo torcido y no importarte. Te tumbas a la sombra de la desgana y procuras que el recuerdo no te haga demasiado daño cuando pasa por encima tuyo.
Has decidido que te da igual. Que te quedas con el ahora y con lo que venga. Que hay que echarle demasiadas ganas y demasiado empeño para querer entenderse con el recuerdo sin levantar la voz... Al fin y al cabo, os tenéis atrapados, los dos, porque os necesitáis. Los dos. Enrevesado y simple círculo vicioso...
martes, 10 de junio de 2008
sábado, 7 de junio de 2008
domingo, 1 de junio de 2008
viernes, 30 de mayo de 2008
lunes, 26 de mayo de 2008
sábado, 24 de mayo de 2008
miércoles, 21 de mayo de 2008
domingo, 18 de mayo de 2008
jueves, 15 de mayo de 2008
Rompe la superficie
de cristal.
Y mírame dentro.
Escava, si gustas,
mis entrañas;
hazte un traje con mi piel.
Mientras, mírame dentro.
Descubre qué se desparrama
por mis ojos
cuando sonrío
desde dentro.
¿Aún no? Métete bien. Adentro.
Si lo prefieres, ponle nombre
a lo que me llena.
Escucha sin miedo
que no estoy sola,
siempre que puedas mirarme dentro.
Niego el vacío.
Si me escudriñas lo verás.
A él.
Mirándote desde dentro.
Inundando con su esencia
mi cuerpo.
A él.
Si me miras dentro.
miércoles, 14 de mayo de 2008
martes, 6 de mayo de 2008
domingo, 27 de abril de 2008
Yo sólo sé que quiero volver con el alma más ancha, con la sensación de que no pasó nada por dejarme esas mil cosas. Llena de visiones y calores desconocidos. Pero esta vez es distinta, pues noto que me voy a quedar aquí a pesar de los kilómetros a la espalda, que no voy a acabar de salir de mi habitación. Es extraño este sentir amargo, este no saber a qué viene la mirada perdida más allá de las cortinas.
De todas formas, ya se verá. Tengo al sol que me alumbra hasta por la noche, cuando cierre los ojos para estar con él y tocarlo, para fijarnos los dos juntos en el viento del sur, tan pacífico él, o en la noche interminable si no soy capaz de dormir.
jueves, 24 de abril de 2008
Creo que todo lo que estamos haciendo no va a servir de nada. Que nos vamos a quedar igual, es decir, igual de mal que antes. Sonrío a mi pesar, entre estos temblequeos de voz. Ya me disculparéis, pero no puedo evitar que mi garganta se rebele. Quiero que sigamos. Que sigáis. Pero es esta desazón que me incita a abandonarlo todo... ¿Y si es verdad? Si todo lo que estamos haciendo no sirve de nada, ¿qué va a pasar?
Pulsó el botón de stop y dio una larga calada a su cigarrillo. La grabación acababa ahí. No sabía siquiera si ella había seguido hablando, desnudándose desde dentro, pero pensó que no le importaba. Se mintió de nuevo.
La primera vez que escuchó esas palabras se enfureció de una manera sobrehumana. Sintió cómo sus adentros ardían de rabia. Pero lo que más le dolió fue escuchar su propia voz vencida, acuchillada, diciendo que tenía razón. Que ella tenía razón. Jamás habría imaginado en ese momento, mientras los ojos le lloraban odio y confusión, que se arrepentiría tanto de haber decidido encerrarse en casa aquella noche y darle la espalda. Le había dolido tanto eso que dijo que... No quiso verla. Por un lado quería escupirle sus ganas de salir adelante, de sacarlos a todos adelante, pero por otro temía que el miedo a tirar la toalla se hiciera patente delante de sus ojos y abandonara. Él, también, abandonara.
No pudo. No pudo darse cuenta de que había que cambiar de lucha, intentar dar el brazo a torcer. Él no quería. Prometió que dejaría de lado la resignación y que podría con todo. Con todo. Aunque también prometió que ningún beso de los que le regalaba a ella sería el último y que sus manos seguirían descansando, agotadas, sobre su piel.
Más tarde, cuando se enteró de lo ocurrido, se maldijo mil veces. Sus pensamientos se nublaron de golpe. Se dijo que no podía ser posible. Volvió a escuchar la grabación entonces y advirtió nuevos matices en la voz de ella que se le habían escapado. Se la imaginó en penumbra, con el suave resplandor de las lágrimas prófugas sobre sus mejillas, intentando controlarse para que sus palabras tomaran claridad.
Se le resquebrajó el mundo. Sus pulmones le pidieron el alivio de la nicotina a pesar de que estuvieran faltos de oxígeno. Se sintió extraño mientras supo que acababa de morir. Pero, sin embargo, aún cargaba con la maldición de estar viviendo.
Había escuchado esa grabación miles de veces. Una y otra vez, alimentándose de ella mientras su alma desgarraba la noche a gritos hambrientos. Seguía sin poder creérselo. Si hubiera salido esa noche... ¡No! No podía ser capaz de pensar qué hubiera pasado si no se hubiese encerrado en lo superficial de las palabras de ella. Lloró. Lloró entonces y lloraba ahora. De miedo. De miedo a sentirse preso en apenas un minuto de grabación... Cogió aire pero no alcanzó fuerza alguna. No lo comprendió y no quería hacerlo ahora. Tan solo deseó una respuesta. Una sola respuesta.
¿Y ella? ¿Dónde estaba ella?
Apagó el cigarrillo mientras suspiraba largamente y apretaba el botón de play.
[15·o3·08]