miércoles, 27 de febrero de 2008

Todo está en penumbra. En el suelo, frío y sin atisbo alguno de polvo, la figura se encoge sobre sí misma, sometida a un casi imperceptible balanceo. En la oscuridad de la sala, su piel reluce ligeramente. Está desnuda.

Se han ido todos. Ya no queda nadie. No obstante, ella sigue allí como si los minutos hubieran pasado en balde. Se siente encadenada a ese lugar a pesar de que hoy más que nunca su alma le dice que no es su sitio. Pero ella quiere creer que no es así. Que, en esa sala, siempre habrá un trozo de suelo donde dejarse caer, o vibrar, o gritar, o hablar a los demás con el silencio. Sin embargo, el frío que siente su piel desnuda le dice lo contrario.

Intenta levantarse y no puede. El helador suelo de madera empieza a quemarle. Pero no puede levantarse, está anclada a ese sitio. Escucha risas que no son más que productos de su imaginación, oye voces lejanas que parecen llamarla pero en realidad no hay nada. Ya no queda nadie. Sólo ella. Y ni siquiera puede moverse y salir huyendo. Lo intenta, de nuevo lo intenta y siente sangrar sus adentros ante la impotencia de esa ridícula inmovilidad.

Comienza a respirar con fuerza y rápidamente. Tiene que salir. Tiene que, primeramente, levantarse y poder salir. Observa la negrura que la envuelve y se da cuenta de que no le hacen falta las luces encendidas. No ahora. Se conoce ese lugar como sus recuerdos. Comienza a impacientarse y la angustia va ganándole terreno a la calma. ¡Tiene que levantarse! No puede quedarse ahí todo el día... no puede. Los demás ya se han ido. ¡Ya no queda nadie!

¿No se escuchan sus gritos? El frío crece y ella sigue allí. Por un delicioso momento, se cree capaz y comienza a moverse. Ya puede hacerlo, parece que esa inmovilidad va remitiendo... Pero ya es demasiado tarde.

La oscuridad desaparece. La luz impacta contra ella canalizada por los potentes focos, compañeros imprescindibles en ese día y en cualquier otro que se desarrolle encima de ese suelo de madera. El patio de butacas apenas se ve. Escucha el sonido característico del telón moviéndose. La obra está a punto de comenzar. Y la actriz, consciente de su desnudez, siente que se ahoga mientras se da cuenta de que no ha sido capaz de encontrar su disfraz.

7 comentarios:

Angeldust dijo...

Adoro la forma en que narras en presente.
No es fácil, y hecho por ti queda precioso =3

Anónimo dijo...

Hace años soñaba algo parecido, la misma incapacidad de moverse, la misma angustia, intentanto alcanzar a los que ya se marchan, pero no poder hacerlo, gritarles y que no vuelvan la cabeza.

Pero no habia nada mas, quedaba atrapada en la angustia hasta despertar.

Hasta el penultimo parrafo tu hermosa narracion me mostro de nuevo aquella pesadilla infantil, esa que no se terminaba de disipar con las luces del dia. Una de esas que incluso ahora, años despues, Transforman nuestra lama en una mueca de tristeza.

Tu capacidad de plasmar hasta el ultimo gramo de sentimiento en tus escritos cada dia me asombra mas. Recuerdo el primer dia que te lei, no te entendia, sabes? Aun no era capaz de ver nada, era un gran hilo enredado.

Ahora ya no, cada vez puedo ver mas, ahora comprendo, y cada vez me enamora mas lo que veo.

Magia.

Yuki Ashura dijo...

Jodermadrem�amecagonlaputahostiaya.

Hoy necesito que me ayudes. Hoy no vengo a alabarte, sino a pedirte un favor.

Necesito que me digas, que me expliques, c�mo encuentras cada palabra. C�mo das con ella entre tantas letras y de todas las posibles, sabes escogerla s�lo a ella, a la pieza del puzle, s�lo a ella.

Hoy necesito que seas mi maestra porque s� que ser� m�s feliz as�.

Porque en m� ya no encuentro las sonrisas.

Eres la mejor.

Rubbens dijo...

"Y no se da cuenta de que cuando actúa es más ella que en cualquiera de los distintos momentos del día"...

Me he acordado de esa frase cuando he leído el texto.

:)

Anónimo dijo...

Delicioso.

Soñadora Empedernida dijo...

A anónima.

Me alegro de leer que vas comprendiéndolo. He de reconocer que no todo lo escribo con un significado concreto, pero últimamente sí lo hago y es me produce una gran satisfacción el lograr hacerlo y que no escape a vuestro entendimiento. Incluso al mío propio.



De nuevo, gracias por pasarte y dejarme estos comentarios. Son altamente gratos.
:)

Espero seguir contando con tu visita.

Anónimo dijo...

=)
Ya me fijé. En fin, hay quienes se van y quienes vienen. Es el ciclo sin fiiin... (8)


Aún no ha descubierto nada, la adivina. Hoy tiene una subespecie de Domingo, y complejo de César.

Un besote.