martes, 18 de diciembre de 2007

Dejé una nota estampada a golpe de chincheta en uno de los rincones de mi mente. Pero se ve que, con los días, me fui acostumbrando al pinchacico y acabé ignorándola a la par que aceptando la usurpación de aquel apunte punzante entre mis pensamientos. Y así ha sido, ya que me dije que el día 17 tenía que informar de ello y se me pasó por completo. Puedo achacarlo a que el chute de libertad que me insuflé ahogó los demás deberes. Aunque yo creo que es por mi despiste por naturaleza, ése que ataca los nervios de mi madre muy de vez en cuando. Bueno, deber... Era más ilusión que deber. Porque son recuerdos, y quien se acerque por aquí sabrá que en este blog abundan tanto sueños como recuerdos.

Decidir que ¿por qué no?
Porque me acuerdo de mi alma inexperta, de mis ganas de que me leyeran, del entusiasmo que intentaba adquirir cuando me sentaba a escribir pensando, simplemente, quién lo leería alentado por el título. El primero, el Brumosa inauguración. La primera contestación, la primera sonrisa.

La sensación que me recorrió cuando leí los comentarios de un estupefacto compartidor de mi sangre que se interesaba por ello. El eterno agradecimiento que le tengo a pesar de que aún no le haya abierto la puerta de mi segundo intento.

De esa pregunta. ¿Pero por qué me pregunta? Que niños en sus clases escucharon de boca de su maestra un cuento salido de mis delirios, de mis ideas.

Me dije que tenía que borrarlo. Y ya hace casi un año. Y sigue allí. Porque me gusta volver a visitarlo cuando estoy delante de la pantalla que me conduce a este mundo y recordar y sonreír, a pesar de que me viera obligada a dejarlo a la interperie. Ayer hizo un año desde que di un paso y creé un blog.

"Por fin me decido a buscarme un hueco en esta enrevesada red. Aun no sé si podré con ello, o si seré constante en esto [los hechos no me dan muy buenas esperanzas...] Deseo volcar aquí aquellos pequeños pensamientos que a menudo me rondan la cabeza, pensamientos que deseo contar a todo el mundo y a nadie a la vez. Y como buena inauguración que quiero que sea de este, mi blog ^^, dejo un pensamiento que me está taladrando la cabeza..."


Que son muchos. Muchos pensamientos y anhelos y tristezas y frustraciones y momentos que van a quedar guardados porque decidí que así fuera.

Que soy una despistada, y mi alma sigue siendo inexperta. Pero el entusiasmo sigue ahí, descansando al lado de los recuerdos que me ligan a este mundo.
U blog, ya veis, qué cosas.
Un blog.

¿Cuántas cosas han pasado gracias a él?

He tenido acceso a puertas que me conducen a miles de secretos y situaciones.
Y ayer hizo un año desde que abrí mi puerta. Parece mentira. Y todo nació perdiendo el tiempo.

3 comentarios:

Yonseca dijo...

No sé si a ti te pasará igual, pero a mi el hecho de tener un blog me va genial para desahogarme de vez en cuando.
Escribir puede llegar a ser muy relajante a veces ;)

No sé si el mío lo hice en julio, o en agosto, pero me acuerdo que era un día que hacia muchisímo calor.
Tambien conservo el primer post, aunque creo que sería ideal para tirarlo a la basura, me gusta releerlo de vez en cuando ;)

Un saludo, cuidate.

Soñadora Empedernida dijo...

Voy a tu primer post ahora mismo.
Que lo sepas, señor Yonseca.

Yuki Ashura dijo...

Psicóloga personal =D

Cómo está usted?


Felicidades por ese añito contigo misma! A mí a veces me resulta difícil no borrar cosas antiguas, porque percibo el cambio vilmente y me supone una bofetada en cada moflete.

Pero, oye, si no me arrepiento de nada, para qué borrar aquello que nos asegura que hemos vivido y esto no es un sueño ;}

¿No?


Sigo con mis problemas personales y el viernes me iré lejos.

Necesito otra sesión de psicoanálisis intensa U_U


Ñah!


Tesquierow, preciosa =P