jueves, 1 de marzo de 2012

Habría silencio si no se escuchara el pesado sonido de sus respiraciones. Él, indeciso y lleno de rabia, la mira con violencia infinita y el aliento agitado. Ella, inmóvil en la silla, intentando sentirse confusa pero sabiéndose culpable de lo que se le acusa. Muerta de pánico, tragándose los sollozos porque tiene miedo de que uno de ellos accione el gatillo.

- Si es que ya me decían lo puta que eras.
- Por favor...

Los ojos dementes de él le imponen silencio. Una palabra de más o una de menos y estará perdida. Él siempre ha sido impredecible, pero esto... Se fija en su mano, que tiembla en torno al revólver y por un segundo cree que esa convulsión es su esperanza. Se siente imbécil. La esperanza en esas ocasiones está de copas, no con ella. Respira.

- ¿No vas a decir nada? ¿Encima te quedas callada? ¿Te crees que soy gilipollas o qué pasa?
- ¿Pero qué-qué quieres... que diga?
- No sé. Joder. ¿Que lo sientes? ¿Que lo hacías para reírte de mí? Cualquier tontería me vale, pero...

Nota el sabor de la sangre en la boca porque lleva rato mordiéndose los carrillos fuertemente. Ella, que era su vida, que lo era todo, en los brazos de otro. Piensa en su cama, en la que hicieron suya vertiendo su sudor entre las sábanas y siente una repulsión que lleva a una parte de su cuerpo: sus dedos. Un movimiento y podrá escribir la palabra venganza con su sangre. ¿Pero eso quiere?

Ella ha roto a llorar y no puede articular palabra. ¿Qué va a decir? Sabe que es verdad, se divertía y ahora... Fantasea con una llamada de teléfono, el sonido del timbre, un segundo de distracción. Lo mira con los ojos enrojecidos. Consigue hablar.

- ¿Pero... qué?
- Quiero la verdad.

¿La verdad? Pero si ya la sabe.

- Quiero la verdad o te vuelo la cabeza ahora mismo.


3 comentarios:

Sergio dijo...

Qué les pasará por dentro a esos personajillos, ¿no? :)

Soñadora Empedernida dijo...

No recuerdas la idea que te dije que tuve de cara a Semana Santa?
Bien, tú sujetarías el revólver... jajajaja. Pero tengo que trabajarla :)

Sergio dijo...

Recuerdo, recuerdo... Por eso me intriga saber qué le pasa por dentro a ese señor de tinta, ^^