viernes, 10 de abril de 2009
martes, 31 de marzo de 2009
domingo, 29 de marzo de 2009
martes, 24 de marzo de 2009
viernes, 13 de marzo de 2009
jueves, 12 de marzo de 2009
jueves, 5 de marzo de 2009
viernes, 27 de febrero de 2009
¿Que por qué estaba buscando tiritas?
P'al corazón, tiritas y "pa" mi rabia, pomada.
¡Que no ha sido nada!
jueves, 26 de febrero de 2009
lunes, 16 de febrero de 2009
domingo, 8 de febrero de 2009
martes, 27 de enero de 2009
viernes, 23 de enero de 2009
sábado, 17 de enero de 2009
domingo, 11 de enero de 2009
lunes, 5 de enero de 2009
martes, 30 de diciembre de 2008
domingo, 28 de diciembre de 2008
miércoles, 17 de diciembre de 2008
El chico no siguió, se quedó callado, pensativo... rememoraba aquel tiempo que pasó con ella, aquellos besos y aquella nueva forma de vivir la vida que ella le había enseñado. Ahora, la tenía delante de sus ojos...tan cerca, pero tan lejos.
-Aquí tiene señor, si no desea nada mas...- dijo la chica dejándole la comida en una mesa. Pero cuando ya estaba desapareciendo el chico gritó:
-¡¿Por qué ya no me miras a los ojos?! ¿Por qué me haces sentir de esta manera?- dijo echando todo lo que llevaba dentro y le martilleaba la mente día y noche desde que sus labios dejaron de rozar los de la chica-¿Acaso por desprecio? ¿Por reproche, quizá?
La chica volvió la cara y lo miró, sus ojos se tocaron y hablaron entre ellos impidiendo a los dueños comprender lo que se decían. Unas finas lágrimas empañaron la mirada de la chica, y estas mismas lágrimas le hicieron decir esto:
-¡NO! ¡Por dios, no! ¡Por temor! ¡Por miedo! ¡Por miedo a ver en tus ojos la indiferencia que me demuestre que tú no me amas como yo te amo a ti!
Las mejillas de la chica tomaron un tono mas rosa de lo habitual, y el chico quedó sin palabras... era lo que quería escuchar pero no sabía que hacer. Cuando empezaban a acercarse la puerta se abrió y apareció Fulano.
-Señor, tenemos noticias del Rey-le dijo Fulano.
-Tiene trabajo- le dijo la chica y el recuerdo de que ella estaba por debajo de todo ese mundo le hizo tragarse las ganas y desapareció por el umbral de la puerta.
El chico atendió a Fulano pero al segundo sus instintos vencieron a su conciencia y fue tras la chica, a la cual encontró en el patio central. Ella estaba tendiendo ropa y él la observaba medio escondido detrás de un muro observándola y se dio cuenta de que su momento ya había pasado, que solo le quedaba amarla en silencio… aunque demostrarle su amor fuese lo que él más quería. El chico siguió observándola un rato más, hasta que lo llamaron para seguir con sus obligaciones, cada uno por su lado. Eso sería lo adecuado, no lo que él quería ni lo mejor, pero sí lo adecuado. El chico volvió a su trabajo y siguió observándola todo el tiempo que podía. Pero lo que el chico no sabía es que la chica había pensado y sentido lo mismo que él cuando estaba escondido tras el muro, y luchaba con todas sus fuerzas para que, día tras día, su voluntad no flaqueara y pudiese seguir aguantando sin su amor…
***
Catorce años recién cumplidos, creo. El comienzo de mi primera historia larga, e incompleta, llena de ilusión. Elisa, Héctor, Zafiro... airf. Luego vinieron Dalia y Carla, Paula, Eloy... Y mi Alberto de ojos grises, el único personaje a cuya historia le di fin. Rebuscando entre todo esto me he dado cuenta de que yo antes creaba. Pero que ahora simplemente no me sale, y sonrío al releer estas historias, la ausencia de tildes en pronombres, la repetición, las erratas. ¿Era ingenua, tal vez? Tal vez. Antes creaba (suspiro).
¿Sabéis una cosa? Me niego a creer que crecer es desengañarse.
martes, 9 de diciembre de 2008
lunes, 1 de diciembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
jueves, 27 de noviembre de 2008
martes, 25 de noviembre de 2008
viernes, 21 de noviembre de 2008
Me he sentido cansada, como si se hubiera desarrollado un frenesí dentro de mí cuando las luces se apagaban, y se iluminaban los torsos de ellos, sintiendo la luz caliente de los focos, la valía confiada a la memoria, volar sin alas siendo otro.
Uno de ellos tenía siempre los ojos llenos de lágrimas. En su voz desgarrada he sentido esas mismas fugas de agua y sal en mis mejillas, y aún las siento, mientras su cuerpo se estremecía, desnudándose para nosotros. Que soy amor, que soy naturaleza. La voz grave del otro te revolvía los cabellos, los míos, de punta a lo largo de los brazos. He sentido la cercanía de ambos, ese beso que moría en el aire antes de llegar a nacer, la impotencia de la pasión cortada. Los he sentido libres y lastrados al mismo tiempo, a los dos, mientras hacían de los tablones de ese escenario su hábitat natural.
Y se me ha ocurrido la locura infinita de ser como ellos. Me he asustado al pensar que quizá no esté siendo sincera conmigo misma, que me dé miedo, precisamente, ser libre. Tremendas ganas de gritar que quiero quedarme sorda de aplausos, y llorar cuando caiga y volverme a levantar mil veces ayudada del escalón que me separa de la realidad cuando me dejo ir con quien me toque en ese momento. Es otro mundo totalmente distinto.
Aunque nadie me escuche y crean que es una ilusión que se desvanecerá con mi alma de niña, a pesar de que piensen que el arte es secundario, que no forma parte de mí. Si nadie quiere escucharme, no importa, tengo la voz entrenada para atronar patios de butacas enteros. Pero no quiero pensar qué será de mí si la desazón se me apodera, si pienso que tienen razón, si no me lanzo como se lanzaron ellos.
De momento tengo el agotador deseo de no ser finita. De mezclarme con ellos, y no ser una más. De que sean ellos, vosotros, los que vibren, vibréis, conmigo. Y no yo la que vibre con ellos a cada verso, a cada frase subrayada en amarillo en el texto. Hoy oigo al teatro, que me llama, que me dice que si creo en él no estaré sola.
Oye mi voz rota en los violines.
domingo, 16 de noviembre de 2008
viernes, 14 de noviembre de 2008
domingo, 9 de noviembre de 2008
martes, 4 de noviembre de 2008
Para qué construir oscuros laberintos de palabras que acaben diciendo lo mismo, lo de tantos otros días. Pero, eso sí, añadiendo el puntito de luz veraz. El que te dan ellos con sus abrazos temerosos. El que te da él, aunque ya no quieras ni decírselo, porque crees que al final se acabará cansando. Ese puntito de luz. Y la canción. La canción. Esa que dice que ha visto días grises en días soleados.
lunes, 27 de octubre de 2008
lunes, 20 de octubre de 2008
sábado, 18 de octubre de 2008
miércoles, 15 de octubre de 2008
sábado, 4 de octubre de 2008
miércoles, 1 de octubre de 2008
jueves, 25 de septiembre de 2008
