viernes, 29 de diciembre de 2017
Un año.
jueves, 21 de diciembre de 2017
Lo que flota.
martes, 19 de diciembre de 2017
sábado, 16 de diciembre de 2017
viernes, 15 de diciembre de 2017
Marcharse.
Los nudos.
¿Se pueden agrietar?
Como los labios, cuando están secos.
Y en un susurro:
Jamás.
domingo, 3 de diciembre de 2017
viernes, 1 de diciembre de 2017
Lastre.
domingo, 26 de noviembre de 2017
La dimensión humana.
jueves, 23 de noviembre de 2017
La responsabilidad.
domingo, 12 de noviembre de 2017
Tierra.
viernes, 10 de noviembre de 2017
Pulsión.
"Cuando las cosas llegan a los
jueves, 2 de noviembre de 2017
Apoyos.
domingo, 22 de octubre de 2017
La felicidad.
lunes, 16 de octubre de 2017
(Tiempos raros)
domingo, 15 de octubre de 2017
viernes, 13 de octubre de 2017
miércoles, 20 de septiembre de 2017
Marzul.
martes, 19 de septiembre de 2017
Sí.
lunes, 18 de septiembre de 2017
La tristeza.
jueves, 14 de septiembre de 2017
Las secuelas.
lunes, 11 de septiembre de 2017
sábado, 9 de septiembre de 2017
La soledad.
que se queda.
Como si deshiciera las maletas en tu frente
y, casi sin
mirarte,
se adueñara de uno de los lados de la cama.
miércoles, 6 de septiembre de 2017
Irremediablemente.
martes, 29 de agosto de 2017
¿Qué queremos exactamente? ¿Qué es lo que nos mueve a buscar? Buscamos alguien para liberarnos una noche, o alguien para caminar con él de la mano. Buscamos un instante de consuelo etílico o evitar beber para que no podamos decir ni hacer nada de lo que luego podamos arrepentirnos. Buscamos redimirnos e intentar pensar en no salpicar a nadie de dolor o hacer lo que más alivie nuestra angustia, que crece, independientemente de quién esté por medio. Buscamos el hogar de aquí, o el hogar que dejamos reposar hasta Enero, sintiéndonos extraños.
Qué buscamos exactamente. Yo no sé si busco unos labios o los míos propios cortados del cierzo. Busco no hacernos daño y no enturbiar nada de lo vivido. Quitarme esta pesadez de encima y curarme un poco más las ojeras, porque tal vez si me duele menos por fuera también dolerá menos por dentro. Busco un tiempo muerto, una regresión en la memoria, para no tener tantos nombres y tantos rostros que me bailan mezclados con humo y sabor a ron. Busco momentos que ya viví, que se consumieron, y que me están abriendo las cicatrices. Para que no olvide que siguen ahí.
Recuerdo el dolor que vino poco después. El amor y el dolor, el crecimiento obligado, mi alma arrastrándose por cada esquina como si no supiera seguir adelante sin anhelo, sin otro cuerpo, sin otros ojos que me prestaran su luz.
El dolor y el amor. ¿Qué busco? ¿Qué queremos exactamente?
¿Mi ansia por la cercanía de los días es un reflejo de la desorientación? Es un error considerarse valiente. Me he acostumbrado tanto a mi palacio de cristal que aunque sé que es una ilusión permanecer aquí me aterra abandonarlo. ¿Cómo pueden tener tanto poder las cicatrices? Ya tienen mi piel, ¿por qué quieren tener también la extensión de mi presente?
Es extraño saber lo que busco pero tener miedo a pronunciarlo en voz alta si esa certeza incluye otras personas que no soy yo. He pasado años grabándome a fuego la distinción entre lo que es y lo que me gustaría que fuera y ahora me siento perdida ante la realidad que no me pertenece. Para mí es un campo minado aventurarme más allá de la mano de alguien. Y no me dan miedo los impactos, ni la sangre, ni el riesgo a que la tierra explote de repente... Entonces, ¿qué ocurre? ¿Qué busco?
Supongo que me asusta la incomprensión. No poder llegar al nivel de entendimiento que a mí me gustaría porque la experiencia me ha enseñado que para muchos siempre es más fácil la mentira que la empatía. Supongo que eso es. Que, en lo que amor y dolor se refiere, me acostumbraron tanto a que mi palabra no sirviera para nada que ahora antes de abrir la boca ya estoy pensando que lo que voy a decir no tiene sentido para la persona que tengo delante. Y por eso me desgano y me callo, me hundo, levemente, cada vez un poquito más, y acabo preguntándome si funciono al revés. Si tendría que replantearme mi significado de lo auténtico y sobre todo de lo vital que resulta algo así para mi existencia.
jueves, 24 de agosto de 2017
Islandia.
lunes, 21 de agosto de 2017
miércoles, 16 de agosto de 2017
viernes, 4 de agosto de 2017
VI.
Pasa... Te estaba esperando.
Vaya frase, ¿verdad? Suena a frase hecha de una manera desalentadora, pero es verdad, te estaba esperando. Por eso la puerta abierta, por eso esta tranquilidad que ahora presencias. Tú... Tú... Pasa, pasa, no te quedes ahí. Este lugar es tan tuyo como mío.
No, no pongas esa cara, no... Tú eres una de las criaturas más extrañas que han pasado por mis manos. Pero al conocer tu composición, al estudiarla, pude entenderlo... Tú... Tenías que llegar. Para mí es un honor que hayas venido. Lo contrario me habría decepcionado. Ven. Acércate.
¿Ves todo esto? ¿Lo ves? ¿No te parece maravilloso? Vaya... No puedo cansarme de contemplarlo.
Míralos. Mírate. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué precindir de materia prima? ¿Por qué eliminar a tu enemigo si puedes convertirlo en tu herramienta? ¿Qué hay más grandioso que conseguir que tus enemigas construyan tu imperio?
No fue fácil, no... Tuve que dejar de sentir muchas cosas para poder comenzar a separar esas pieles, esa carne, a remover sobrantes, añadir... Ah, las pruebas. Erais seres imperfectos por aquel entonces. Y ahora... Míralos, son todos excepcionales, a pesar de que muchos vienen de una materia podrida. Sí, podrida. Sí... Vosotras... Vosotras ya no aportabais nada bueno. Ah, nada... Nada...
¿Qué persona antes había conseguido evitarse la gestación? ¿Quién ha sido tan brillante para poder prescindir de esa parte de la supervivencia? En el fondo, erais carne y hueso, como todos. De la carne al metal hay poco, muy poco, y sólo fue cuestión de tiempo. Pero tú... Tú... Contigo no funcionó. ¿Por qué? Por qué... Supongo que no podía ser todo perfecto en la Superficie. Sí, supongo... Supongo... Te estaba esperando. Sabía que vendrías. No podía ser de otra forma. Y ahora... Ahora...
Has venido a matarme, ¿verdad? Quieres matarme. Por eso has subido hasta aquí. Por eso saliste de tu agujero en llamas. Porque estabas llena de rabia, sí... Porque tú... Tú... Tú tienes el Elemento. Tú lo tienes. Por eso no funcionó contigo. Querías mucho a tu abuela, ¿verdad? Verdad... Y... Sus historias, las historias que te contaba, algunas... Algunas eran...
Crees que vas a matarme. Tienes miedo, pero vas a hacerlo porque es lo único que te mantiene con vida. Sí... Acércate, puedes hacerlo, no quiero que te quedes atrás.
Mírate... Eres perfecto. Perfecto. Como todos... Sin embargo, por dentro... El Elemento. Tú. Podías no existir y, sin embargo, estás aquí. Queriendo rebanarme el cuello aunque la idea de quitar una vida humana te provoque náuseas, ¿eh? Sí... He dicho vida... He dicho humana.
Pasa, pasa, de verdad... Ven hacia mí. ¿Ves lo que llevo colgando del cuello? ¿Lo ves? Vas a necesitarlo si quieres volver a lo que eras antes. ¿Quieres? O, tal vez... Contémplalo... ¿Has visto todo esto? Podría ser tan tuyo como mío. Pero aquí estás... Aquí... Y, primero... antes de nada, sin falta... Tienes que matarme.
El Silencio.
Como animales hambrientos.
miércoles, 2 de agosto de 2017
El vértigo.
viernes, 28 de julio de 2017
Etapas.
lunes, 24 de julio de 2017
jueves, 20 de julio de 2017
El cumpleaños.
lunes, 10 de julio de 2017
martes, 4 de julio de 2017
El pasado.
lunes, 3 de julio de 2017
La emoción.
lunes, 26 de junio de 2017
"La violencia engendra violencia"
¿Cuántas veces voy a acabar la jornada pensando Bueno, no ha estado tan mal el día? ¿Y cuántas veces, después de eso, me voy a meter en una sala que va a reducir mi existencia a lo más insignificante?
Cómo puede uno conformarse teniendo delante a esos actores, que sudan y padecen, que gritan y se carcajean, que desgranan cada sílaba para formar palabras que forman frases que, a su vez, forman cuadros vivos de nuestra existencia. Cómo no me van a agitar sus palabras.
"Palabras, palabras, palabras", dirá Orestes.
Sí, palabras, le responderá su madre, las palabras y el cuerpo son lo único que tenemos.
Cuando he llegado a casa, ya de noche, sólo quería escribir. Y C., al ver que no quería conversar, me ha preguntado si estaba bien y le he dicho que tenía que darle vueltas al coco.
"¿Vueltas al coco por lo que pueda pasar este fin de semana?", me ha dicho.
Me ha costado entenderla. Porque la carne, las camas, los juegos terrenales me quedaban muy lejos cuando abría la puerta del portal con ansia, cenaba con ansia y pensaba con ansia. No, no pensaba en el fin de semana, sino en hoy, en el momento presente, en mi cuerpo y las palabras, en este ahora que me sacude, cada día más, pidiéndome que le ponga un nombre a cada historia.
viernes, 9 de junio de 2017
viernes, 19 de mayo de 2017
"¿A qué no sabes dónde he vuelto hoy?"
martes, 16 de mayo de 2017
La nota pegada en la puerta de la nevera.
Yo ya no te puedo ayudar.¿No lo recuerdas?
lunes, 8 de mayo de 2017
sábado, 6 de mayo de 2017
El grito.
Si tú supieras
que quería gritarte que te quedaras
conmigo.
Pero no puedo. Me he encerrado en esta posición de enferma de lo racional porque así es mi escudo y no soy ni siquiera capaz de gritar a nadie que no sea yo misma (cuando nadie me escucha). Me gustaría gritarte, de verdad, avisarte de que voy a hacerlo, y hablarte de todos mis porqués, de mis sacudidas y de mis miedos.
Pero no es mi momento. O quizás sí, y prefiero pensar, razonar, que ya lo fue, y así me excuso, y sigo protegida, con un escudo que ya se resquebraja, mientras vuelvo a casa gritándo-me, hablándo-me. Como si tú estuvieras en algún lugar, escuchando, y mi grito tuviera algo de sentido.
miércoles, 3 de mayo de 2017
El despertar.
- No me puedo creer que esté sufriendo.
Lo dicen los nervios danzando en mi tripa y las agujitas de angustia que de vez en cuando acuden a mi pecho. También mi mente, que no para de pensar, y recordar, y de trazar conclusiones que hasta hoy tenían polvo.
Recuerdo la angustia como algo malo. Recuerdo esa emoción como el principio del fin, como la marca en el calendario que hizo que mi cabeza hiciera clic. Y, ahora, sin embargo...
Yo pensaba que la angustia siempre era algo malo.
Pero resulta que hoy. Ahora. Parece que estoy despertando.