<< A mí me gusta pensar en el futuro, porque es donde voy a vivir. El pasado, pasado está; es en el futuro donde yo voy a estar de verdad. >>
<< Una muesca más en tu fusil, que seguirá disparando. ¿A quién le interesa un fusil sin usar? >>
<< A mí me gusta pensar en el futuro, porque es donde voy a vivir. El pasado, pasado está; es en el futuro donde yo voy a estar de verdad. >>
<< Una muesca más en tu fusil, que seguirá disparando. ¿A quién le interesa un fusil sin usar? >>
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Eternal Sunshine of the Spotless Mind |
Vivir
con
miedo
es
como
vivir
a
medias.
Bruselas, 22 de agosto.
Él dijo extasiado que si su avión se estrellara en esa isla, jamás querría volver. A ella se le amortiguaron el resto de palabras en la cabeza conforme iba sintiendo una losa sobre su cuerpo y pensaba: Entonces yo no te volvería a ver.
Pasó algo de tiempo y aunque ella no le dijo nada sí lo escribió, y él reaccionó desinteresadamente y le dijo que sí, que volvería a por ella. Ella forzó media sonrisa mientras notaba el corazón más duro y fortalecido y, de nuevo, pensaba en silencio:
Es demasiado tarde, escuchó esta vez su propia voz retumbando en las paredes de su cráneo.
Notas de viaje, I.
Ámsterdam es bonita, pero estoy segura de que lo es más con lluvia. Vuelan los chubasqueros. Un autóctono en bermudas corre para alcanzar a su pareja, con un jersey donde se repite el logotipo de Batman. La lluvia no para. Hace algo de frío, afuera y adentro. Los trenes vienen y van a la hora estipulada. Bebo té en la habitación del hotel y me pregunto si así se sienten los escritores que viajan solos de un sitio a otro arrastrando en su equipaje su pena y su cuaderno gastado. Me digo que no quiero saberlo. Pero escribo. Vuelco las turbulencias adquiridas ya en el vuelo en el papel preparado para ello, y un gato negro, famoso y parisino me mira desde su portada. Ámsterdam es la ciudad de los gatos y las bicicletas. También he visto un ratón. Quería hundir mi mano alérgica en el pelo de ese precioso gato de ojos verdes, que se ha sentado a mi lado, dueño del bar, y se ha ido quedando dormido poco a poco. Creo que con quien más quiero hablar es conmigo misma. Pero no. No es así. La lluvia repiquetea en la ventana, mis pies ya no están mojados y en mi pijama se dibujan otros tiempos. No sé si mejores; cómo podría saberlo. La taza de té ya está vacía, como mi tripa. Vacía. Qué ocurre con los distintos tipos de vacío, qué pasa con esta certeza en el estómago que quiere disfrazarse de incertidumbre. Pero Ámsterdam es maravillosa. Sobre todo por sus gatos, y por sus bicicletas.
- What's wrong with you?- Let me think about that. I'll tell you the next time I see you.
Todos ustedes parecen felices...…Y sonríen, a veces, cuando hablan.Y se dicen , incluso,palabrasde amor. Perose amande dos en dosparaodiar de milen mil. Y guardantoneladas de ascopor cadamilímetro de dicha.Y parecen -nadamás que parecen- felices,y hablancon el fin de ocultar esa amargurainevitable, y cuántasveces no lo consiguen
28 de noviembre de 2013.
Soy piel y huesos. Soy una sonrisa burlona devuelta por el espejo. Un aliento más, el pecho hinchado de vacío. Soy un fracaso que duele. Un fracaso que enseña. Soy la penúltima nota de un violín que arranca desde sus cuerdas una melodía rota. (No) soy la chica de 15 años que se enamoró casi sin razón y respiraba pasión en el invierno más frío. (No) soy la chica que se enamora. Soy los resquicios de lo que algún día fui. (Cómo pude ser) así. Soy algo diferente, evolucionado, envejecido, desganado. (Ya no) soy esa chica. Soy la misma piel y los mismos huesos. Soy la incredulidad de quien ha sentido el sufrimiento en el estómago y la tristeza profunda agazapada en lo más primigenio, sin que quisiera marcharse. Soy un verano negro y de lágrimas. Soy las cenizas de las que volví a nacer. (Todavía) soy esas cenizas barridas debajo de la alfombra más gruesa. Soy resignación, ausencia de paciencia, ausencia de impaciencia. Soledad, ansias de viajar, independencia. Soy el silencio de quien no tiene que darle explicaciones a nadie. Soy aquella que camina rápido con una maleta y que no quiere que venga a recogerla nadie al aeropuerto. Soy la que sonríe por amabilidad aunque sea un día de mierda. (Ya no) soy Tina Leone. Soy otra ilusión que parece diluirse. Soy ese espejo. Esa chica que me mira desde el otro lado. (Ya no) esa chica que me mira desde el otro lado.Soy ausencia de carne ahora, hoy, en este segundo. De espíritu. De alma. De esperanza. Sólo piel y huesos.
27 de octubre de 2014.
Soy incapaz de arrepentirme de cada palabra que te dedico en susurros, cuando vuelvo a ser piel y huesos pero no por un vacío sino por que tú me reduces a mi esencia, a lo que soy y a lo que siempre voy a ser pero que a veces bizquea según las circunstancias que me rodean. Tú me has encontrado desnuda sin vuelta atrás, y en esos momentos de agarrarme a tu piel y reaprenderme tu olor pegada a ti podría hablarte de cualquier cosa, resquebrajar cada capa de dureza que he ido creando y cada parche de piel que cubre todos mis recuerdos dolorosos y susurrártelo porque quiero compartir contigo lo que no he compartido con nadie. Porque sé que puedo. Porque sé que eso forma parte de la magia de habernos encontrado.
Bien pasadas las diez, Franz se pone a trabajar, es la historia de la vieja casera, y vuelve a estar con ánimo de hacer bromas. A alguien como la señora Hermann es mejor no hacerla esperar, dice, porque atosiga como un niño que demanda chocolate. Después, Dora no oye nada. Está despierta, lee, en parte cuenta con que él la llame, pero eso no ocurre, así que se queda sola, como si él la hubiese olvidado.